Una más

El líder del PSOE extremeño y presidente de la Diputación de Badajoz, Miguel Ángel Gallardo, no hace honor a su apellido. Lo digo en el sentido de valiente, arrogante, incluso generoso. Por el contrario, y a raíz de su actitud viendo venir el trance de su propio procesamiento a manos de la jueza de Badajoz, Beatriz Biedma, de sentarlo en el banquillo por prevaricación y tráfico de influencias junto a David Sánchez -hermano del presidente del gobierno-. Por el contrario, la actitud de Gallardo está más cerca de la cobardía, la pusilanimidad, el temor, la gallinería y hasta el miedo.

Con el ejemplo de su jefe de filas, el señor Sánchez, a nadie puede extrañar que Gallardo haya pasado en horas 24 (como diría Lope de Vega), a intentar conseguir su aforamiento como parlamentario en la Asamblea extremeña , aunque fuera a cuenta de protagonizar un vodevil que ha dejado por los suelos al socialismo extremeño en beneficio de , al menos, retrasar el procesamiento del “hermanísimo”. Obviamente ese es un movimiento que no se le ha ocurrido solito a Gallardo sino que cuenta con el beneplácito y la iniciativa de Moncloa y Ferraz, dispuestos a aguantar el malestar de los militantes directamente afectados por ese salto mortal de Gallardo , que ha tenido que pasar por encima de cinco compañeros más que estaban por delante deél en la lista al parlamento extremeño.

También como Sánchez, Gallardo no ha temblado al cambiar radicalmente de postura en sólo unos meses. en enero de este año juraba y perjuraba que nunca pasaría a la Asamblea de Extremadura hasta que no concluyera el caso del hermano del presidente, a fin de evitar cualquier sospecha de connivencia, y ahora se ha pasado al extremo contrario con el fin de ayudar al inquilino de la Moncloa , a su hermano y a sí mismo. Y si para eso, como puede verse, hay que pasar por encima de algunos principios “inamovibles”, y por encima de algunos compañeros de partido, se pasa.

Si prospera la jugarreta legal auspiciada por el PSOE y Gallardo -muchos juristas ven en ella un claro fraude de ley–, el caso de la contratación ad hoc de David Sánchez, el “hermanísimo” por un estupendo salario y sin obligación de trabajar ni de acudir al puesto de trabajo, pasaría a ser juzgado por el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura en lugar de la Audiencia de Badajoz, que es dónde se ha instruido el caso de estos graves delitos de corrupción con la misma valentía que sentido común la jueza Beatriz Biedma.

Es un nuevo giro de tuerca en un partido, el socialista, que ha pasado en poco tiempo a proclamar solemnemente que habría que expulsar a los militantes que no dejaban su cargos si eran procesados, a su protección y al cierre de filas para protegerlo si es que esa circunstancia favorece al partido y al gobierno. Con el exministro de Transportes y “tío” de Jessica, José Luis Ábalos se procedió a expulsarlo –aunque sólo fuera “un poquito”–, del gobierno y del PSOE, incluso antes de su procesamiento formal, pero con Miguel Angel Gallardo parece que conviene hacer todo lo contrario. Sí señor, ¿coherencia para qué? Vamos siempre saltando escollos y después ya veremos… El objetivo final sigue siendo la permanencia en el poder y a toda costa. Es sólo una más.