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Libertad vs. igualdad

martes 14 de marzo de 2023, 11:34h

La libertad en un extremo y la igualdad en el otro. A más de una, menos de la otra y por eso los regímenes democráticos europeos se mueven en la parte central del continuo, entre el sistema capitalista y el estado social del bienestar que Podemos tanto odia.

Podemos, 33 diputados de 350 y 3.119.364 votos de 37.000.608 votantes, hace tiempo que resolvió la dicotomía con su marxismo trasnochado: igualdad sin libertad. Es importante denotar que se trata de un grupúsculo que no llega al 10% del censo y que ni representa al 7% de la población. Para imponer cualquier medida en España se necesitan mayorías cualificadas, 50% más uno y Podemos las consigue aunando a todos los que nos quieren destruir.

Podemos vio en Pedro Sánchez un engreído sin ética que necesitaba sus 33 votos y su capacidad de negociar con el diablo independentista y el demonio filoterrorista para conformar una mayoría parlamentaria. Y Sánchez vendió el alma que nunca tuvo a cambio del sillón presidencial.

En cuatro años, Podemos ha cercenado cuanta libertad ha podido a base de prohibiciones y leyes que no funcionan. Podemos se nutre de la rabia de haraganes, paniaguados y resentidos sociales; de gentes que sienten ira ante cualquier atisbo de logro ajeno y lo disfrazan de idealismo vegano, como Fanny, esa pobre chica que retozando en una piara con un cerdo gritaba que los gallos violan a las gallinas y seguidamente afirmaba ser prostituta. Los pobres, la pobreza y la mejora de sus vidas han quedado como amarga responsabilidad de una Izquierda Unida que ya no existe.

Para Podemos, la libertad es una lacra a combatir. Así, el que sale adelante por sus propios méritos, el que consigue una vivienda, un sueldo digno, una pareja trabajadora, un hijo, es alguien contra el que arremeter: la meritocracia no existe, estudiar, prepararse, trabajar son una trola del sistema, dicen. Lo dicen ellos, gentes que nunca jamás han trabajado, que padecen el síndrome de don Quijote por el que las lecturas marxistas les han torrado el cerebro como al bueno de Quijano se lo achicharraron las novelas de caballerías. Podemos es refractario a la libertad, su medio es la igualdad por la envidia, la igualdad por abajo que considera enemigo a cualquier persona que se esfuerce, que mejore mediante su faena y que no parasite el sistema. Podemos es, simplemente, una dictadura ideológica que quiere destruir nuestra forma de vida. Justamente por eso se lleva tan bien con cualquier asociación podrida que quiera lo mismo: los racistas de los independentistas o los misántropos de Bildu.

La libertad individual es la verdadera conquista de la modernidad. La igualdad conseguida con palos, leyes injustas, policía política y jueces adoctrinados es justamente el pasado del que nos redimió la segunda mitad del siglo XX porque no hay nada más igualitario que la pobreza y el analfabetismo de la Edad Media o de la sociedad agraria o del ancient regime cuando uno nacía inamoviblemente en su estrato social. Ahora Podemos pretende que todos seamos pobres en todos los aspectos de la vida, intelectual, económica, socialmente, y que solo “ellos”, Iglesias, Montero, Monedero, Belarra sean los únicos ricos e ilustrados porque ellos son los padres del nuevo sistema, un sistema alimentado por el millonario Jaume Roures, troskista condenado y encarcelado en los 80 por terrorismo y participación en el secuestro de Saturnino Orbegozo, antisistema confeso que pretende “acabar con España a cualquier precio” y shadow financer de Pablo Iglesias.

Durante una legislatura hemos padecido el amago de dictadura ideológica y policial que Podemos busca implantar en España y puede que lo consiga si en las próximas convocatorias electorales no alcanzamos a sacarlos del mapa político. Su alianza con Sánchez necesariamente lleva aparejada la alianza con el independentismo radical y el filoterrorismo por falta de apoyos sociales y electorales. Su objetivo mediocre, empobrecedor y bolivariano es obvio y solamente hay que ponerlos en su sitio: el grupo mixto. En las próximas elecciones, para un periodo limitado de 4 años, que tampoco es que sea el fin del mundo, hay que sacar estos parásitos antilibertad del ejecutivo. Solo depende de nuestros votos.

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