www.diariocritico.com

Locos gritando a la luna

jueves 03 de abril de 2025, 07:41h

Lo de ir a por la universidad pública merece poco comentario, si al presidente le preocupa el deficiente nivel universitario, sea público o privado, hay mil expedientes para elevarlo, todos muy bien conocidos desde hace siglos. La mayoría de universidades prestigiosas del orbe tienen su propio examen que luego oficializan con otro examen en los correspondientes colegios profesionales. Muchos países optan por un examen nacional, vamos, la antigua Reválida preuniversitaria (PREU) que tenía sus equivalentes tras la primaria y la secundaria y que no estaría de más reimplantar aunque sólo fuera para que nuestros jóvenes llegaran a la mayoría de edad sabiendo escribir sin faltas y entendiendo qué es un porcentaje. Y no sería de poca ayuda que en esa hiperinflada red de 90 universidades tuvieran igualmente altos estándares a la hora de contratar profesores y catedráticos. No obstante, lo más curioso de esta pendejada es que quien arremete contra el nivel de la universidad privada que vende títulos, no sólo estudió en una, sino que además plagió parte de su tesis y está casado con una señora que trasteó para obtener una cátedra sin ser siquiera licenciada. En fin, paíssss que diría Forges.

También tenemos la tontada del rey Pretérito querellándose contra Revilla. Un rey que perdió toda credibilidad con putas de lujo y título nobiliario que cobraban a 60 millones la noche, un caballero que a tenor de lo publicado en todos los medios de comunicación se lo llevó crudo en comisiones y gabelas; un señor con inmunidad jurídica que vive en otro país porque cerca no lo quiere ni su familia, un individuo aprovechón y cínico que se querella por calumnias contra un abuelete. Pues ganará el abuelete, individuo, señor, caballero y rey de la nada.

Pero hay un tema terrible esta semana, la vicepresidenta negando la presunción de inocencia, y no en un caso concreto sino como norma general. Y sigue en su cargo. Supongo que es la burricie del país después de dos generaciones desde la LOGSE y sucesivos empeoramientos legislativos: ya ni conocemos nuestros derechos, ni los límites de nuestros gobernantes, ni la importancia de las formas en democracia ni, por supuesto, el valor de contrapeso que tienen cada una de las instituciones.

En un gobierno de 22 ministros de los que conocemos a cuatro, la vicepresidenta no cree en uno de los pilares fundamentales de cualquier democracia: la presunción de inocencia. En este caso, a cambio de un aplauso mugroso de su parroquia en un mitin, la vicepresidenta puso en solfa a los jueces, al sistema procesal y, de paso, a la misma democracia como concepto. Qué bajo hay que caer.

Se trata de lo que veo cuando trazo la línea de puntos, pero los puntos ya están ahí. La actitud del gobierno es de desprecio por el concepto de democracia porque su principal impulso es el poder. La colonización de las instituciones (Conde Pumpido en el Constitucional; Enriqueta Chicano en el tribunal de Cuentas; Tezanos en el CIS; RENFE, SEPI, RTVE, EFE…), La inaceptable casación de las sentencias del TS por el TC, Las actuaciones del fiscal general, El desprecio público al legislativo, toda la repugnante peli porno con Puigdemont. A este gobierno no le importan los gobernados, no le importa el parlamento y no le importa la Constitución, se trata únicamente de mantener el poder. Los puntos están ahí y cada día se acumulan más.

Pero no parece que muchos lo veamos, al contrario, parecemos locos gritando a la luna. Estamos entrando de cabeza en tiempos complejos, más que ningún otro desde hace 80 años y estamos peor preparados que nunca, y no me refiero al armamento que se puede comprar y fabricar, sino al temple del carácter. Dicen que los buenos tiempos hacen personas débiles y venimos de una bonanza sostenida nunca antes conseguida. Somos blanditos y alelados, incultos ni para reconocer a los gobernantes peligrosos, y quién sabe qué va a pasar en unos meses porque estas cosas se sabe cómo empiezan, pero no cómo acaban.

Una sociedad sin carácter, sin capacidad de entender el entorno, arrastrada por las RRSS y con un gobernante capaz de todo. Qué puede salir mal.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
6 comentarios