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Animales somos todos

lunes 20 de febrero de 2023, 11:34h

Después de muchos dimes y diretes, rifis y rafes, el Gobierno ha sacado adelante en el Congreso su Ley de protección y bienestar animal con los votos de PSOE, Podemos, En Comú Podem, Galicia en Común, ERC, EH Bildu y la CUP. Ahora, el texto legislativo deberá continuar su tramitación en la Cámara Alta, donde será sometido a debate en ponencia, comisión y pleno. Si finalmente obtiene el visto bueno del Senado, los cambios entrarán en vigor cuando se publique en el Boletín Oficial del Estado.

Pero antes de que tal suceda, el debate colateral ya ha comenzado, con brío, chacota y tonalidades estentóreas, en el seno de las camarillas populares, conventículos tabernarios y conciliábulos mediáticos.

Lo de excluir a los perros de caza ha levantado ampollas. Como botón de ejemplo, Carlos Rodríguez, director y presentador del espacio Como el perro y el gato en Onda Cero, calificaba la ley de auténtica “vergüenza” y criticaba que los que supuestamente tienen que defender a los animales se preocupen más por los “sillones” que van a ocupar: “Lo que han hecho desde el Gobierno con esta aprobación ha sido reírse en la cara de toda la gente que está haciendo el trabajo que tendría que hacer la Administración: las miles de personas que ahora mismo están acudiendo a salvar animales, llevándolos a clínicas veterinarias, cuidándolos en sus casas de acogida. Voluntarios de todo tipo y condición que dedican su vida a salvar a estos animales maltratados”.

Otra de las medidas que recoge la ley, la obligatoriedad del cursillo que tendrán que realizar todas aquellas personas que quieran tener un perro, invita a la reflexión, en este caso muy airada del ginecólogo Manuel Gallo que ya lleva tiempo inflamado con el asunto desde las páginas de El Español. De tal suerte que, dirigiéndose a Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 e impulsora de la ley, escribe: “… a mí, como ciudadano, me puede obligar el gobierno a hacer un curso de formación para poder tener un perro, pero todavía no se le ha ocurrido a ningún gobierno, a ninguno y mucho menos al suyo comunista, obligarme a hacer un curso de formación (intensivo y urgente en muchos casos) para tener un hijo. ¿No le parece a usted que un hijo es mucho más importante que un perro?”.

Sobre el mismo asunto, aunque más sosegadamente y con especulación de mucho mayor calado, se expresa el escritor Fèlix Riera en La Vanguardia: “Una vez empiece a aplicarse la ley, se pude producir la paradoja de que padres y madres que han criado con éxito a sus hijos sin ningún tipo de formación previa estén obligados a pasar la prueba de capacitación para poder tener un perro. Sin duda, la ley resultará útil para defender la integridad de los animales frente a los abusos de los hombres; sin embargo, en ella se expresa un nuevo intento de reeducar a la sociedad con el objetivo de establecer y determinar cómo relacionarnos con el mundo. Y esta relación ya no dependerá de las naturales capacidades intelectuales y emocionales de los individuos para actuar correctamente, sino que será preciso y de obligado cumplimento tener la aprobación del Estado”.

El caso de Herminio R. C. en la prensa nacional e internacionalEl debate sobre el articulado de la ley también ha llegado a espacios de fangales y cenagales, donde, más allá de cuestionar su idoneidad, se han inventado hediondos bulos y fakes de grueso calibre. De entre ellos, destaca el que parece que lanzó el diario Libertad Digital apuntando a que se despenalizaba la zoofilia siempre que el abuso sexual al animal no provocara lesiones. La barbaridad fue recogida por un periodista de Estado de Alarma Televisión, que en rueda de prensa preguntó sobre el asunto al diputado de Vox Iván Espinosa de los Monteros. Pues, agárrense que hay curvas, el representante de la soberanía popular, en lugar de desmentir la patraña, la embarulló a conciencia con el debate sobre en consentimiento en la ley del “solo sí es sí”, y mirando al soslayo vino a responder: “Me cabe solo una duda. Cómo se obtiene el consentimiento de los animales para tener relaciones sexuales. Deberían preguntarle a Podemos si han pensado cómo van a obtener el consentimiento de los animales, las gallinas, con las que quieran mantener relaciones sexuales”. En realidad, la nueva ley no despenaliza la zoofilia porque nunca ha estado penalizada, y hasta ahora solo estaba tipificada la explotación sexual de los animales. Ante al contrario, la Ley de protección y bienestar animal pretende castigar estos actos con multas, inhabilitación y penas de prisión, de manera que para no seguir mintiendo descaradamente a la ciudadanía, el mentado podría entretener su rijoso cacumen revisando el caso de Herminio R. C., quien en diciembre de 1990 y en un barrio ourensano murió al caerle encima un vallado, mientras presumiblemente se ayuntaba con una gallina de su propiedad. No le será fácil a su señoría colegir consentimiento o no porque la pita también perdió la vida en el luctuoso acto, pero por lo menos dejará de enredar un rato.

Enric de Manuel González, “Enrich”Sin entrar en las bondades y posibles lagunas del texto legislativo, opinión que someto a muchísimas otras mejor fundadas, no deja de llamarme la atención que entre toda la bulla, algarabía y barahúnda que ha provocado su tramitación, nadie haya tenido un recuerdo para Enric de Manuel González, “Enrich”, que, último superviviente de aquella portentosa generación de ilustradores y humoristas de Bruguera de la que formaron parte Guillermo Cifré, José Escobar, Carlos Conti y José Peñarroya, nos dejó el pasado día 12 de febrero, con mucha más pena que gloria, como suele ser costumbre en esta sociedad zombi y licuefactada en la que nos ha tocado sobrevivir.

Aunque su personaje más conocido siga siendo el bondadoso y cándido Caco Bonifacio, cuando se trata de regular las relaciones entre animales y humanos alguien debería Historietas de Montse, la amiga de los animaleshaber recordado a su personaje Montse la amiga de los animales, que empezó a publicarse en la revista femenina Gina para después hallara acomodo en otras cabeceras como Esther y Zipi y Zape. Montse, una niña rubia, con trenzas y gafotas redondas, fue una auténtica pionera en la defensa del bienestar animal que ahora ha pasado a ser protagonista del debate público y privado. Aunque también es verdad que en las historietas traía de cabeza a su padre adoptando en casa a perros, gatos, gorilas, osos y pingüinos, siempre nos quedará el recuerdo grato y nostálgico de aquella pitusa que respetaba y protegía a los animales. Pedro de Pablo, estudioso tetuanero y ameno parroquiano, me trae a la memoria aquellos días de Tío Vivo, TBO, Pulgarcito o DER, y en mi cabeza rebota la canción Días de escuela del grupo Asfalto: “Suena el timbre, al fin/ bocadillo, recreo, evasión/ y una tortura más/ antes del juego/ la leche en polvo y el queso americano”. Tempus fugit, que la tierra y el viento le sean leves a Enrich y que perviva el recuerdo de la encantadora Montse.

Miguel Ángel Almodóvar

Sociólogo y comunicador. Investigador en el CSIC y el CIEMAT. Autor de 21 libros de historia, nutrición y gastronomía. Profesor de sociología en el Grado de Criminología.

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