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Un chinito docto, de sonrisa dulce y observación perspicaz

sábado 08 de abril de 2023, 10:38h

A finales del mes pasado, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se reunió en Pekín/Beijing con el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, durante una visita oficial que incluyó dos encuentros bilaterales con el primer ministro Li Qiang y el presidente del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular, Zhao Leji, para, se dice, profundizar en tres materias: retomar las relaciones entre ambos países tras la pandemia, una puesta al día de las relaciones de la Unión Europea con China, y el abordaje de varios desafíos globales y de naturaleza estratégica que definen la actualidad internacional. Todo ello parece sentar las bases de un nuevo impulso en la cooperación Chino- Española en materia económica y comercial, que se traduce, entre otras cosas, en la inminente exportación masiva de almendras y caquis españoles, junto a otros productos agroalimentarios a China, un fuerte empujón al sector turístico, para recuperar y ampliar el contingente de setecientos mil turistas chinos que nos visitaban en 2019, la apertura de un Centro Cervantes en Shanghái, una activa cooperación en materia educativa y deporte, más otras variadas iniciativas de acercamiento.

Seu Ring-hai El resumen que se ha ofrecido a los medios no incluye, como es habitual y lógico, la letra pequeña de los acuerdos y conversaciones, por lo que no podemos saber qué se habló sobre la circunstancia de que este encuentro se celebrara a medio siglo del establecimiento de relaciones diplomáticas plenas entre España y China, y a ochenta y cinco años de la participación en el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura de Seu Ring-Hai, el único representante oficial de China en el trascendental simposio.

Respecto al primer asunto, suponemos que se evocó aquel primaveral y parisino día de 9 de marzo de 1973 en el que el embajador de España, Pedro Cortina, y el de China, Huang Chen, firmaron y sellaron el compromiso relacional como plenipotenciarios de las partes.

Presumo igualmente, como Henry Morton Stanley ante David Livingstone, que Pedro y Jinping echaron una parrafada en torno al papel de Ring-Hai en aquel Congreso que, organizado por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de la Republica, con el firme apoyo de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, tuvo lugar entre el 4 y el 17 de julio de 1937, en Barcelona, Madrid y muy especialmente Valencia, donde se celebraron las sesiones plenarias del encuentro. Y lo presumo porque hace poco que sabemos del extraordinario hallazgo, positivado y contextualización de las instantáneas que el gran fotógrafo alemán Walter Reuter tomó durante aquel Congreso, y que durante muchos años Seu Ring-hai en el Hotel Victoriahabían permanecido olvidadas en el trastero de los herederos de un buen amigo suyo, el fotógrafo y cineasta español Guillermo Zúñiga. Entre ellas hay una verdaderamente curiosa y simpática del ya mencionado Seu Ring-Hai, en mangas de calzoncillos y asomado al balcón de su habitación en el madrileño Hotel Victoria, con vistas a la Plaza de Santa Ana y quizá con el ojo puesto en la Cervecería Alemana, inaugurada en marzo de 1920, y que, milagro cívico entre el despedazado y despersonalizado Madrid de hoy, se mantiene incólume en circunstancias tan prodigiosas como las de la incorruptibilidad de los restos del labrador San Isidro.

Cierto es que cuando Walter Reuter disparó su cámara frente a Seu Ring-hai en los vuelos sobre la también llamada plaza del Príncipe Alfonso, su cara ya era famosa en todo el bando leal, puesto que en el cuadro compositivo del Congreso que se facilitó a la prensa, aparecía en el extremo superior izquierdo, notoriamente visible, junto a lo más granado de la intelectualidad mundial.

'Alrededor de una vida coreana'Seu no era chino de pura cepa, sino coreano nacionalizado. Nacido muy a principios del siglo XX, en la ciudad portuaria de Pusan, siendo aún adolescente se implicó en movimientos independentistas coreanos que luchaban contra la salvaje invasión japonesa, lo que le obligó a salir de su país para refugiarse en China, donde obtuvo la ciudadanía en 1919. Un año después, fue enviado a Francia donde realizó estudios de secundaria en distintas ciudades para acabar matriculándose en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de la universidad parisina de la Sorbona, para finalmente licenciarse en la École Supérieure de Journalisme, recibiendo la acreditación formal como periodista. A partir de aquel momento empezó a trabajar en distintos medios de comunicación franceses, coreanos y estadounidenses, y publicó, en 1929, su libro más notable, Alrededor de una vida coreana. En 1936 se incorpora al Comité de Lucha contra la Guerra y el Fascismo, y ahí comienza su aventura española en defensa de la República, a favor de la legalidad democrática y contra la agresión nazi-fascista internacional.

El gran escritor chileno, Alberto Romero, fundador de la Sociedad de Escritores de Chile y autor de la en su tiempo fue muy celebrada novela La viuda del conventillo, escribió un artículo para periódico El Diario Ilustrado donde menciona nada menos que seis veces al: “… chinito Seu Ring Hai, apacible y docto, de sonrisa dulce y observación perspicaz”.

CIDC con Seu Ring-hai en el extremo izquierdoPor otra parte, el 8 de julio de 1937, el periodista Antonio Otero Seco publicaba un artículo en su periódico vespertino madrileño La Voz, con el título La pluma y la espada, en el que podemos leer: “Aquí está Seu, en un paréntesis de la conferencia, hablando su buen francés” y lo presenta como: “… acaso el mejor escritor de la nueva generación china”, aunque ya sabemos que entonces era fundamental venderle la moto al redactor jefe, para poner en su boca estas declaraciones: “Yo salí de China hace ya tiempo. Desde entonces vivo en París. Pero sigo en contacto con mi país. En la capital de Francia represento al Ejército Rojo y a otras varias organizaciones políticas del país. El Ejército Rojo es la fuerza auténtica y vital del comunismo chino. En París publicamos un diario en nuestra lengua con la expresión de nuestros pensamientos revolucionarios, puesto que en China no se puede hacer con libertad”.

En fin, un poquito de lío, pero que por lo que sabemos de cierto, Seu, después de Valencia estuvo visitando el frente de guerra junto a un grupo de periodistas internacionales guiados por el militar alemán Hans Khale, jefe de Batallón Edgar André y de la XI Brigada Internacional, que en aquel tiempo y mano a mano con Enrique Lister, estaba a punto de demostrarles a los fascistas italianos que Guadalajara no era Abisinia y que, finalmente, Seu se vino a Madrid para mirar al sol de un futuro que nunca fue, pero que, gracias a Walter Reuter, ahí está, ahí está, ante nuestros ojos y para siempre jamás, ese chino apacible y docto, de sonrisa dulce y observación perspicaz.

Miguel Ángel Almodóvar

Sociólogo y comunicador. Investigador en el CSIC y el CIEMAT. Autor de 21 libros de historia, nutrición y gastronomía. Profesor de sociología en el Grado de Criminología.

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