Diario de una pesadilla (19)

Sábado Santo, más santo que nunca por el vía crucis por el que están pasando muchas familias con fallecidos o familiares contagiados. Una pasión más sentida y profunda que nunca por las pregunta que nos hacemos estos días: ¿hasta cuándo este “cáliz”?¿Seremos capaces de soportar esta angustia? La respuesta a la primera pregunta no la sabemos. Dependerá de que no nos contagiemos. La segunda, sí, seremos capaces de soportar esto y mucho más. Lo hemos demostrado muchas veces.

Por si faltaba poco a esta “pasión” del año 2020 que quedará para siempre en nuestra memoria, ahora nos dicen que a final de mes, como hacia el 29 de abril, nos podría “visitar” un asteroide. Lo bueno de todo es que no chocará contra la tierra. ¡Uff, menos mal! De poder hacerlo, nos habría destruido. ¡Joder!, perdón. La Nasa lo califica como objeto potencialmente peligroso pero afortunadamente pasará a 6,2 millones de kilómetros de la Tierra, unas quince veces más de la distancia que hay entre la Tierra y la Luna. ¡Pero qué año por Dios!

He decidido no darme a la bebida, no me gusta el alcohol, pero sí darme al humor. La verdad que muchas de las noticias que hoy hemos conocido parecen obra de grandes humoristas. Sin embargo, son hechos protagonizados por personas de carne y hueso, como usted querido lector o como yo. Por ejemplo, ¿qué me dicen de esa vecina de Llanes, en Asturias, que miró por la ventana y decidió pasear a su perro perdiéndose por el campo? Total, no la veía nadie. De repente, oyó desde el cielo una voz que le gritaba: “señora, la estamos viendo. ¡Somos la Guardia Civil! Haga el favor de regresar a su casa”. Cuando miró hacia arriba vio a un helicóptero de la Guardia Civil, como si salieran de la película “Los Hombres de Harrelson”. La señora volvió tan corriendo a su casa que dicen que batió el récord español de los cien metros lisos. Imagino la cara de la paisana al saberse descubierta.

¿Qué me dicen de ese otro incívico ciudadano que le han multado por conducir bajo “todos” los efectos posibles? Dos mil novecientos euros por infringir la ley en numerosos apartados. Le hicieron las pruebas pertinentes tras detenerlo y dar positivo en todo lo que se puedan imaginar: alcohol, pastillas, drogas…bueno, al menos le dijeron que no había dado positivo en covid-19. Algo es algo. No está infectado a pesar de tenerlo todo. ¡Qué cosas!

Y esos otros “policías vecinales de balcón”. ¡Cuidado! Lo ven y lo denuncian todo. ¡Mucho tiempo de confinamiento… da estas cosas! Cuando acabe todo esto, que acabará, habría que hacer un “estupidiario” con estas historias que al menos nos despiertan una sonrisa entre tanto “calvario”. ¡Un día más, es un día menos!