La Comunidad de Madrid está preparando una desescalada para no dar pasos hacia atrás, como está pasando en otras partes del mundo donde han aparecido rebrotes del Covid-19. En Pekín no han dudado en cerrar el mercado en donde apareció de nuevo el virus. Los miles de rastreadores que han sido contratados, buscan personas que han podido pasar por él. Necesitan localizarlas en un tiempo récord para frenar la transmisión del virus. Comparto el miedo de nuestras autoridades cuando se abra el aeropuerto de Madrid-Barajas. Hemos aprendido mucho de esta crisis y nuestro país no se puede permitir pararlo de nuevo.
De hecho, Fernando Simón, el director del Centro de Coordinación Alertas y Emergencias, ha dicho que hay que tener cuidado en Madrid más que en cualquier otro sitio de España ante un repunte. Ahora el Gobierno tiene la difícil tarea para que eso no pase de valorar cuáles son los países que entraña riesgo el recibirles o cuáles no. También se trata de advertir rápidamente los contagios y reaccionar rápidamente. Esa flexibilidad de nuestro sistema sanitario será la clave de que un rebrote se pare o no.
Nos enteramos que un cangrejo de sangre azul, puede ser de gran ayuda para la vacuna contra la Covid-19. Al parecer su preciada sangre aristocrática, salva vidas. El robusto sistema inmunológico de estos fósiles vivientes, ha sido su salvación para sobrevivir millones de años a cataclismos e infecciones. La sangre de estos parientes de las arañas, se utiliza para hacer las pruebas de endotoxinas a todos los inyectables y así verificar su seguridad. Millones de ejemplares han sido capturados para llevarles a los laboratorios y extraerles un tercio de su sangre. Pasadas 72 horas se les devuelve al mar. En una semana recuperan el volumen de su sangre. La vacuna contra el virus puede ser la nueva contribución de este animal, uno de los habitantes más antiguos de la tierra.
Por cierto, hoy es el día mundial de la Lucha contra la desertificación y la sequía. Es una evidencia que el proceso de degradación de las tierras en cada vez más extensiones de tierra del planeta, ya es un hecho. Es decir son millones de personas seriamente amenazadas en todo el mundo por la escasa o nula productividad de sus tierras. La tercera parte de la superficie terrestre está en riesgo por la desertificación, incluidos los países del Mediterráneo en el que estamos incluidos.
Hay que cuidar del planeta si queremos que las siguientes generaciones no lo pasen mal en todos los sentidos. Nosotros recibimos un mundo que no vamos a ser capaces de traspasar a nuestros hijos. Un poco de cabeza para esto y para todo lo que estamos viviendo a nivel sanitario. El ser humano tiene una tendencia natural a destruir todo lo que recibe. ¡Pongamos freno a ésta y a todas las pesadillas que se nos avecinan! ¡Estamos a tiempo!
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