Los partidos independentistas podrían perder la mayoría absoluta y peligra su procés soberanista

Es hora de echar cuentas y tirar de calculadora. Porque si bien las elecciones catalanas del 21-D dejaron una mayoría absoluta de los independentistas sobre la mesa, por 70 escaños, 2 más de los necesarios, la situación judicial de algunos de los diputados electos podrían tener problemas para estar presentes en las votaciones.

El primer asalto, eso sí, lo pierden las fuerzas constitucionalistas, con Ciudadanos al frente. El portavoz de la formación naranja, Carlos Carrizosa, dijo que su grupo tras el "portazo de Podemos" (en realidad Catalunya En Comú) ve "cerrada definitivamente" la posibilidad de presidir el Parlament y de que su candidata, Inés Arrimadas, pueda ser investida presidenta de la Generalitat.

Pero hay más complejidad en la constitución del futuro Parlament. El 17 de enero tendrá lugar la sesión parlamentaria y los soberanistas no tendrían atada su mayoría. Solamente 62 de ellos tienen garantizada su presencia ese día porque o están encarcelados o fugados en Bruselas. Hay 3 presos en Madrid, Oriol Junqueras, Jordi Sánchez y Joaquim Forn, y 2 huidos en Bélgica, Carles Puigdemont y Toni Comín. Después, hay 3 diputados que aún no han recogido sus actas, Clara Ponsatí, Lluís Puig y Meritxell Serret, aunque se da por hecho que no renunciarán a su posición. En total son 8 asientos soberanistas por confirmar.

Ahora, la clave será la aplicación del reglamento del Parlament, para lo que será fundamental saber quién lo preside y si luego sus decisiones son recurridas al Tribunal Constitucional. Porque los independentistas intentarán que los ausentes, ya sea por estar en la cárcel o por estar fuera de España, puedan votar por delegación o de forma telemática, algo que está en una situación de vacío legal en dicho reglamento.

Junts per Catalunya, ERC y la CUP necesitarán siempre estar presentes para sacar adelante la mayoría de sus votaciones, aunque Ciudadanos y PP insisten en que Catalunya en Comú, el partido de Ada Colau, será 'cómplice' de sus políticas cuando toque dar voz a la ciudadanía independentista.