El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, ha afirmado hoy, 10 días después de los atentados de Barcelona y Cambrils que, independientemente de donde sean, “todas las víctimas del terrorismo son nuestras víctimas”.
En el acto de inicio del curso político celebrado en Cotobade (Pontevedra), Rajoy ha enfatizado que “estamos aquí para decir que somos españoles, que vivimos en un país libre, que nuestra libertad puede mucho más que su miedo y la democracia no cede ante la barbarie”.
En este sentido, ha advertido de que “vamos a seguir haciendo todo cuanto esté en nuestras manos para mantener, preservar y mejorar la unidad frente al terrorismo”, porque en esta tarea “aparcar las diferencias nos hace grandes. Nadie ha logrado vencer al terrorismo solo, la unidad de los demócratas es el peor enemigo del terror, y el mayor favor que les podemos hacer son las fisuras entre nosotros”.
Por ello, ha destacado la necesidad de que a los responsables políticos no les una solo el dolor por los atentados, sino también la “determinación para hacer frente a esta amenaza que compartimos con toda la humanidad”.
En relación a la manifestación celebrada ayer en Barcelona, el presidente del Gobierno ha subrayado que “ayer estuvimos donde teníamos que estar”, orgullosos de haber estado y, al mismo tiempo, de que lo hiciera también el Jefe del Estado.
Un acto en el que, en su opinión, “estuvimos con otras muchas personas expresando nuestro apoyo a las víctimas y nuestra solidaridad con todos los catalanes sensatos, moderados y respetuosos. A todos ellos el resto de españoles hemos ido a darle nuestro apoyo y solidaridad. Y las afrentas de algunos no las hemos escuchado”.
Según Rajoy, “España no se puede parar” por los hechos acontecidos en Barcelona, pero lo que sí debería suceder es que “todos nos dedicáramos a los asuntos que preocupan a los ciudadanos, y que algunas polémicas rancias que nada aportan a la convivencia pasaran al olvido”.
Precisamente por ello, el presidente del PP ha reclamado que “algunos responsables políticos” renuncien a sus “planes de ruptura, división y radicalidad”. No obstante, como esa decisión no está en sus manos, ha advertido de que el Gobierno de España va a defender la soberanía nacional, la Constitución Española, la legalidad de Cataluña, su Estatuto de Autonomía, sus garantías democráticas y su pluralidad.
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