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Conferencia Política del PP

Rajoy propone una reforma integral del Poder Judicial

Rajoy propone una reforma integral del Poder Judicial

·  Ácidas críticas contra ZP: “El consenso desapareció barrido por el talante”

sábado 01 de diciembre de 2007, 15:22h
Cierre deslucido y triste de la Convención Política del PP sobre el modelo de Estado por el atentado de ETA. Aunque la noticia se conoció en el cierre, los populares no levantaron la Convención y Rajoy pronunció su discurso de ‘alternativa’ a la Presidencia del Gobierno. Dijo que “el Gobierno actual es parte sustancial del problema [de españa]: lo explota y lo agrava” y que “si los españoles quieren que las cosas cambien en España, lo primero que deben hacer es cambiar el Gobierno”. También anunció una serie de medidas para reformar algunos puntos de la Constitución que la protejan de ataques como los que habría recibido del Gobierno de Zapatero.
Con aspecto grave, inmediatamente después de Soraya Sáenz de Santamaría, el líder del PP, Mariano Rajoy, inició su intervención de cierre de la Convención Política del PP, en Madrid, de forma pausada, midiendo las palabras para informar a los presentes que había recibido una llamada de Rodríguez Zapatero informándole de que “ETA ha asesinado en Francia a un miembro de la Guardia Civil y ha herido muy gravemente a otro. No tengo más detalles, pero quiero transmitir en nombre de todos nuestro pesar y nuestro sentimiento a sus familias y también a la Institución, a la Guardia Civil”. En ese momento, algunos asistentes a la clausura de la Convención lanzaron un “Viva la Guardia Civil”. Rajoy añadio: “El PP estará siempre con la Guardia Civil”.

            Inmediatamente después, Rajoy brindó su apoyo al Gobierno: “Desde aquí quiero manifestar el apoyo a todas las fuerzas de seguridad y el apoyo al Gobierno”, aunque “para derrotar a la banda terrorista ETA. Me gustaría que guardásemos un minuto de silencio”. Y el silencio, efectivamente, fue total en la sala. Paralelamente, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, telefoneaba a Ignacio Astarloa, y el secretario de Organización socialista, José Blanco, hacía lo propio con Ángel Acebes para convocarle a una reunión de las fuerzas políticas y sociales en el Congreso de los Diputados a partir de las 18.00 horas. Poco después, reunidos en ‘sanedrín’, los populares confirmaban su presencia en la reunión: acudirían Acebes, Zaplana y Astarloa.

            La llamada de Zapatero a Rajoy se había producido mientras hablaba el coordinador del programa electoral del PP, Juan Costa. Rajoy les contó su contenido a sus compañeros de asiento: Soraya Sáenz de Santamaría, a su izquierda, y Ángel Acebes, a su derecha, en la primera fila. Nadie hizo ninguna seña, ni siquiera Sáenz de Santamaría que intervino después de Costa y como telonera del propio Rajoy.

            Por lo demás, el acto del PP transcurrió según los parámetros previstos: Rajoy desarrolló una larguísima conferencia en la que incluyó los principales aspectos que sobre el modelo de Estado los populares presentarán en la campaña electoral. Como reformas concretas, resultó curioso oírle hablar a Rajoy de la situación por la que atraviesa el Poder Judicial, bloqueado precisamente por no lllegar a un acuerdo el PP con el resto de las fuerzas políticos. Pero, en todo caso, Rajoy anticipó su voluntad de que “se incrementen a 3/5 las mayorías necesarias para acordar las leyes que regulan Instituciones como el Tribunal Constitucional o el Consejo General del Poder Judicial”. De lo que se trata, diría, es de fortalecer la “independencia” del poder judicial, y, así, propondrán que una de las reformas de la Constitución sea el que se incluya que 12 de los miembros del CGPJ sean elegidos no sólo entre, si no también por jueces y magistrados, y que los miembros del Constitucional sean elegidos entre los profesionales del derecho más acreditados y con más experiencia en nuestro pías.

            Ésa es una reforma constitucional concreta, pero otra que también quiere el PP es que Estatutos de Autonomía, las grandes leyes que articulan nuestro modelo territorial, se aprueben por mayoría de 2/3. En definitiva, que sería impedir que reformas como la del Estatut catalán puedan a volver a plantearse sin el consenso del principal partido de la oposición.

            “Consenso”, ésa, en realidad, fue la palabra mágica de toda la Convención Política del PP sobre modelo de Estado. Para Rajoy, de lo que se trata ahora es de logar un nuevo consenso, “un acuerdo de los ciudadanos sobre la situación y las reformas que España precisa para seguir siendo lo que somos y asegurar nuestro futuro”. Se trata, según el PP, de que “a los españoles hay que decirles que los problemas tienen solución si nos ocupamos de ellos como es debido, que o lo hacemos nosotros o no lo hará nadie, que mal puede resolver un problema quien más se beneficia de él. Es decir, el Gobierno de Zapatero.

            El mensaje lanzado este sábado por Rajoy, en definitiva, es que “el Gobierno actual es parte sustancial del problema [que hay en España]: lo explota y lo agrava” y que “si los españoles quieren que las cosas cambien en España, lo primero que deben hacer es cambiar el Gobierno”.

            Necesidad de un nuevo consenso –digamos que un nuevo ‘contrato social’- y ZP como origen de los males actuales de España han sido dos ideas que se han expresado de forma contundente en esta Conferencia Política. Previamente a Rajoy, Federico Trillo había coincidido en señalar que “Zapatero es un presidente efímero” que pasará sin pena y sin gloria, aunque después de haber puesto al Estado patas arriba.

            Para los populares España necesita una Nación fuerte, porque “no es plurinacional, no es una Nación de naciones”, sino que, como había dicho Trillo antes, España es una sola Nación, con todo su valor y valores y eso es lo que, según los populares, no han entendido Rodríguez Zapatero. Sobre esa idea giró luego el discurso de Rajoy, para el que “necesitamos una educación que pueda llamarse española”, y una ley del suelo española, y una “política española” en lo exterior... y así sucesivamente: “Mientras los demás corren, nosotros competimos con los pies atados y a saltitos”.


“El consenso desapareció barrido por el talante”


             De cara a ofrecer una alternativa de Gobierno, Rajoy ha entrado a saco en la ‘España de Zapatero’ en la que “el consenso desapareció barrido por el talante”, en la que los socialistas han sacrificado el interés general de España –“esto parecía intocable”- para, aprovechando los fallos en el sistema, “realizar un profundo cambio en el régimen constitucional sin que nadie pudiera acusarle de quebrar la ley”. Ahora bien, pese a todo, Rajoy insiste ante los suyos en que “no han conseguido ni silenciarnos ni desacreditarnos, ni tampoco que los ciudadanos se vuelvan sordos a nuestras advertencias. Gracia a ello, no ha podido el Gobierno llevar las cosas hasta donde pensaba llevarlas”.

            En fin, que para los populares urge una reforma constitucional limitada para corregir los defectos de funcionamiento de nuestro sistema: garantizar la estabilidad del Estado de las Autonomías con capacidad y competencias estatales “para liderar un proyecto compartido”; garantizar la igualdad y la solidaridad de los españoles; dar rango constitucional a la practica del consenso en los asuntos de Estado, o fortalecer las instituciones y mejorar la calidad de nuestra democracia.

            En definitiva, que “la Nación española ha dispuesto que todas las vidas españolas valen lo mismo, y todas las libertades españolas y todas las dignidades españolas”, y que la “tutela del Estado no se puede transferir a las Comunidades Autónomas”, porque “quien debilita al Estado, debilita nuestros derechos”. Llegados a ese punto, para Rajoy es preciso que “aseguremos la existencia de un Estado español” capaz de garantizar un proyecto político común tanto en lo exterior como en los derechos individuales.

            Una de las prioridades del PP, precisamente, será crear más Estado -“algunos piensan que el estado sobra… allá ellos mientras nos dejen en paz con sus fantasías”, para lo que Rajoy propone corregir el modelo territorial, concretando cuáles son las competencias que el Estado debe conservar en todo caso y garantizando su competencia exclusiva en los asuntos en que haya que preservarse la unidad de acción, la coordinación y la defensa de los intereses generales: política exterior, defensa, seguridad, ordenación de la economía –unidad de mercado- y coordinación en la lucha contra las catástrofes naturales. Pero, también, preservar la igualdad en la “enseñanza de la lengua común”, las prestaciones sanitarias y sociales y la distribución de los recursos naturales y de los ingresos públicos.

            Vaya, que según Rajoy, “no se trata de hacer una Constitución nueva, sino de conservar la de 1978 y de asegurar su futuro”.
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