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Trasvase ¿qué trasvase?

miércoles 16 de abril de 2008, 12:24h
Afortunadamente para los ciudadanos que viven en Barcelona y su área metropolitana, gracias a la decisión adoptada por el Gobierno Central y el Gobierno de la Generalitat de Cataluña van a tener garantizado, ocurra lo que ocurra con la climatología, y gracias al trasvase que se va a realizar desde el Ebro hasta Barcelona, algo tan imprescindible como es el suministro de agua.

Tanto los trasvases, como las desaladoras, tienen puntos a favor y puntos en contra, lo cual no quiere decir que ninguna de las dos sea la solución ideal o tenga que ser rechazado definitivamente. Lo normal habría sido, tal y como se reflejaba en el Plan Hidrológico Nacional propuesto por el PP, que ambas soluciones se compatibilizaran, según las características y necesidades de cada lugar.

El gran error que en su momento, tanto el tripartito del Gobierno de la Generalitat de Cataluña como el Gobierno de Rodríguez Zapatero realizó, es adoptar una posición maximalista, consistente en decir que no a cualquier tipo de trasvase y tratar de solucionar todo mediante desaladoras.

Imagínense Vds lo que pensaría un marciano que llegara a la cuenca mediterránea de la península Ibérica, y viera que en la provincia con más problemas hídricos de todas, es decir en Almería, de sus desaladoras se saque agua, apta para el consumo humano y se lleve a Barcelona, a más de 700 kilómetros, por transporte marítimo. Si el marciano, además, se daba cuenta de que el Ebro que está escasamente a 100 kilómetros de Barcelona, desagua al mar, sin sufrir ninguna alteración en su equilibrio ecológico, cantidades más que suficientes para atender las necesidades de Barcelona y su área metropolitana, seguro que pensaba, como decía Obelix con relación a los romanos “que estos terrícolas están locos”.

El problema de tomar decisiones drásticas y dogmáticas es que como la realidad es muy tozuda, puede llegar a pasar, como de hecho ha pasado, que se demuestre que la decisión tomada no es correcta.

El problema que se plantea es que el Gobierno central y el Gobierno de la Generalitat de Cataluña, en vez de manifestar públicamente que por falta de información, por falta de previsión o lo que quieran, se habían equivocado y que los trasvases son necesarios y hay que hacerlos bien y en su momento, se empeñen en seguir considerándonos a los ciudadanos como tontos y hacer un trasvase, pero diciendo que no es un trasvase. Lo blanco es blanco y lo negro es negro, y llevar agua del Ebro a Barcelona es realizar un trasvase lo llamen como lo llamen.

Naturalmente pueden seguir intentando confundir el sentido de la palabra trasvase de nuestro diccionario, pero lo que no pueden hacer es evitar que tengamos memoria, pues el tripartito que gobierna en Cataluña no sólo dijo, sino que firmó, hace unos años, que nunca se haría un trasvase del Ebro a Barcelona y el presidente Zapatero, unos días antes de las elecciones del 9 de marzo, dio un mitin en Zaragoza, en el que dejó muy claro que mientras él fuera presidente del Gobierno, ni una sola gota de agua del Ebro se trasvasaría.

Aún siendo grave todo lo anterior, para mi lo más importante, y que demuestra hasta qué punto Zapatero y el tripartito piensan en clave política, es que hayan ocultado a los catalanes, aragoneses y a todos los españoles, hasta después de las elecciones, que existía un problema y que la única solución era hacer un trasvase.

Otra cuestión que no puede pasar desapercibida con relación al trasvase de las aguas del Ebro a Barcelona es el silencio, cuando no la complicidad, que algunas asociaciones en contra del trasvase del Ebro, algunos técnicos, algunos ecologistas y, sobre todo el Gobierno de Aragón han tenido con relación a este tema.

No se puede consentir que el presidente Zapatero, y todos los que con él han colaborado en este tema,  consideren que los ciudadanos carecemos de memoria e inteligencia y, que por lo tanto, somos manipulables.

Rodríguez Zapatero, que es el presidente de todos los españoles, ha demostrado que, pese a eso, él considera que en España hay ciudadanos de primera y de segunda, según le apoyen a él o no, y que los que le apoyen tendrán lo que necesiten y los que no, tendrán que seguir sufriendo mientras él sea presidente del Gobierno.

La aprobación del trasvase del agua del Ebro a Barcelona ha demostrado, que en política lo más importante es conseguir votos, aunque para ello haya que ocultar, mentir o falsear la realidad.

Estoy seguro que Rodríguez Zapatero habrá medido también, en número de votos, lo que le puede costar la sensación que tienen, tras esta decisión,  de abandono, desprecio y humillación los almerienses, murcianos y habitantes de la Comunidad Valenciana.
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