Gimnasia de escalillas militares

Como sucede siempre, y es lógico que así sea, tras las elecciones y hasta que se destapan las lista del nuevo Gobierno, comienzan los analistas a hacer sus quinielas, fundadas a veces en filtraciones más o menos interesadas o en la propia capacidad de intuición del analista en cuestión. Luego vienen las segundas filas, con los secretarios de Estado y los subsecretarios. Y así hasta que todo sale a la luz y se olvidan predicciones interesadas o espúreas.

En la “cosa militar” sucede tres cuartos de lo mismo y ya comienzan a aparecer quinielas sobre la futura “cúpula militar”. Lo primero que hay que decir es que esta no tiene porque ser renovada por el cambio de Gobierno, máxime cuando se trata de un Gobierno salido de las filas del mismo partido. Lo segundo es que esta renovación puede ser total o parcial y lo tercero es que, en todo caso, no parece lógico que se filtren datos serios cuando aún no se sabe ni siquiera el nombre del titular – sea masculino o femenino – que debe proponer los nombres en el Consejo de Ministros.

Antes, hace mucho tiempo, el Consejo Superior de los ejércitos proponía una terna entre la que el ministro elegía. Eso ya es arqueología casi. Después, el ministro elegía a su candidato y el Consejo Superior pertinente, simplemente le escuchaba. Ahora ya, ni eso. El ministro propone y el Consejo de Ministros dispone. Pero para ello, al menos, debe haber ministro y todavía no es el caso.
Otra cosa es que en los ámbitos de los altos mandos militares se juegue a lo que se conoce como “gimnasia de escalilla”. Se analizan posibilidades por parte de algunos para saber cual puede ser su futuro según a quien se mueva y que vacantes queden y, a veces, se filtra a la Prensa con intereses particulares. Y no hay más.

Claro que en ocasiones, si se dan los nombres de todos los que pueden ser, se acierta siempre por supuesto En cuanto al dato de las rotaciones por ejércitos – Tierra, mar y Aire -para el puesto de Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) es una costumbre, que por cierto no siempre se ha respetado, y que, por lo tanto, no tiene porque tener como consecuencia que, tras el Ejército de Tierra, sea elegido forzosamente un teniente general del Aire, como se ha dicho.

El nuevo ministro o ministra que se instale en Castellana va a tener otras prioridades, tanto internas como internacionales, antes de asumir esos relevos que no tienen porque ser ahora. Si se atienden las fechas de nombramientos, hasta junio hay tiempo como mínimo y de por medio está el Día de las Fuerzas Armadas.

Todo puede suceder, qué duda cabe, pero las filtraciones, a estas alturas de curso, son sospechosamente interesadas, vayan por el camino que vayan.
¿Quieren una quiniela con pleno al quince? De momento, las cosas como están. Luego, ya veremos. Si los militares hacen “gimnasia de escalilla”, no es menos cierto que los periodistas también echan mano a veces de la agencia “Especulated Press”.