"Formalmente todavía no han comenzado, pero la idea es esa", dijo la fuente cuando se le consultó sobre la venta de acciones de las dos empresas al Estado argentino.
Marsans posee el 94,6% de Aerolíneas Argentinas y el 97% de Austral, que entre las dos dominan el 80% del mercado local, aunque la mitad de los aviones de la flota de las dos empresas están parados por falta de repuestos.
"El Estado quiere un documento que pueda utilizarse políticamente", dijo la fuente de Aerolíneas Argentinas. En el acuerdo de venta de acciones, el Gobierno argentino, que actualmente tiene dos directores en la empresa, pretende que se reconozca que hubo una mala gestión de la compañía.
"Lo que no se reconoce es que el Estado no cumplió con los acuerdos firmados hace dos años. Además, el reconocimiento de una mala gestión impediría futuros reclamos", explicó la fuente que participa de las negociaciones con el gobierno argentino.
El gerente financiero de Marsans, Vicente Muñoz, llegó el viernes a Buenos Aires para participar de forma directa en las conversaciones, que comenzaron a ser desarrolladas por los directivos locales de la compañía con el secretario de Transportes, Ricardo Jaime.
La semana pasada, el Gobierno y los sindicatos pidieron la intervención judicial de la compañía, ante el retraso en el pago de los salarios. El Gobierno aportó el jueves 50 millones de pesos (10,5 millones de euros) para pagar sueldos y carburante. La audiencia convocada por el juez Jorge Sicoli se realizará este martes
En las negociaciones entre el grupo español y el gobierno de la presidenta Cristina Fernández aún no se ha comenzado a hablar del valor de la venta de las acciones al Estado argentino, que se calculará tras las pertinentes auditorías.
Uno de los temas en discusión es el monto de la actual deuda de Aerolíneas Argentinas. Jaime afirmó públicamente que la deuda es de 900 millones de dólares, mientras que en la empresa sostienen que es de unos 200 millones de dólares, de los cuales sólo la mitad sería exigible de manera inmediata.
Aerolíneas Argentinas fue privatizada en 1991 por el Gobierno argentino, que se la vendió a la española Iberia. La compañía fue cedida diez años más tarde a Marsans, mientras el Estado español se hizo cargo de una deuda de 700 millones de dólares.
Se trata de una vieja pretensión de la administración kirchnerista, que ya logró la participación estatal en sectores como el correo, los aeropuertos, el servicio de agua potable y los servicios ferroviarios. Así, el Poder Ejecutivo mandará en los próximos días al Congreso un proyecto de ley de nacionalización.
Según el diario 'La Nación', los accionistas de Marsans Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán y señalan que prácticamente el grupo fue expulsado del país y que ya tienen decidido vender la empresa, que representa apenas un 11% de la facturación total de Marsans.
La empresa se queja de que se cortara su financiación justo en un momento en que sus condiciones económicas habían mejorado: poco después de haber recibido el aumento tarifario del Gobierno. A pesar de todo, dicen los españoles, los bancos pidieron más garantías y no se conformaron con las presentadas por la compañía. En este sentido, sospechan que desde ese momento partió un supuesto complot encabezado por el Gobierno, que presionó tanto a los bancos como a los gremios.
El resultado fue que Aerolíneas se quedó sin fondos para pagar los sueldos de junio, que cubrió el Estado, seguido de las protestas sindicales, las cancelaciones de vuelos y las quejas de los pasajeros.
Las negociaciones entre el Gobierno y la empresa tuvieron su punto más fuerte el viernes, cuando el Gobierno exigió a la compañía que, en el documento conjunto de transacción, explicara que decidía vender por las dificultades que enfrentaba el grupo. Marsans, en cambio, quiere sólo un documento de venta comercial.
Si (
No(
