Cuatro trajes, como quién dice y es que es así. Por un importe realmente insignificante, el presidente valenciano se podrá meter en un lío del que será difícil salir. Nadie esperaba que se llegara a este extremo e incluso en el PP aseguraban que el juez del Tribunal Superior de Valencia acabaría con el caso. Pero lejos de hacerlo,
Camps podría ser imputado.
Ahora bien, como se está destacando tras el primer impacto, a Camps y al PP valenciano no se les va a juzgar por las primeras acusaciones que llegaron desde la prensa más crítica con este partido: ni financiación irregular, ni corrupción ni tráfico de influencias. El hecho sería sancionable, destaca
ABC en su portada, por unos 2.500 euros. La clave es, sin duda, si el cohecho se considera pasivo o activo, ya que Camps pudo no enterarse de la proveniencia de estos regalos, pagados al parecer por la trama corrupta del empresario
Correa.
El tema es que en Génova ahora temen las consecuencias de una ciega confianza en Camps que ha sido propugnada en los últimos meses, incluso ayer lunes en la rueda de prensa de
De Cospedal la idea era la misma: apuesta absoluta por Camps, sin ninguna duda en su honorabilidad. El error de estrategia ha sido, claramente, no querer aceptar los hechos: unos trajes regalados que si hubieran sido asumidos como algo que se hizo mal en el pasado, acompañado de un rechazo a toda relación con los imputados de la trama corrupta, no estaríamos ante una situación de 'negacionismo' arruinado por la realidad.
Otro tema muy distinto es el 'caso
Bárcenas'. En el PP temen cada día más las consecuencias y no se le apoya en público. Ahora bien, tampoco llega la dimisión forzada del tesorero del partido, algo que se esperaba incluso para la jornada del lunes.
Lo que dice el auto
Si en el PP están algo aliviados es por algunas cosas que el auto del juez
Flors cuenta. Por ejemplo, que todos los dirigentes del PP o del gobierno valenciano recibieron los trajes "para agasajarles o complacerles para tener su gratitud o favor", pero añade que "sin buscar una contraprestación a cambio".
Dice Flors que no existe
"constancia de ninguna relación directa entre el pago de las prendas de vestir con las que parecen haber sido obsequiados" Camps
, Costa, Campos y
Betoret "
y los concretos actos de contratación realizados por las autoridades y los funcionarios de cada uno de los concretos organismos de la Administración autonómica valenciana que decidieron su adjudicación a Orange Market" en el ámbito
"de sus respectivas competencias y conforme a sus facultades decisorias y presupuestarias". Aquí puede estar la clave que da cierto respiro a los
mandamases de Génova 13.
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