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Papandreou afirma que "los peores temores" sobre la economía se han confirmado

Cruce de insultos entre Alemania y Grecia con 'peineta' y esvástica incluidas

Cruce de insultos entre Alemania y Grecia con 'peineta' y esvástica incluidas

viernes 26 de febrero de 2010, 19:56h
Comienza una guerra abierta entre la Alemania de Merkel y la Grecia de Papandreou. Ambos países se encuentran enfrentados desde que la canciller alemana mostrara reticencias a que la Unión Europea salga en auxilio de los griegos. Un enfrentamiento económico que ha saltado a los medios. La polémica está servida.
Grecia no ha encontrado mejor manera de sacudirse la presión que soporta por la crisis desde hace semanas que echando la culpa a otro. El viceprimerministro griego, Theodore Pangalos, ha respondido a las críticas europeas sobre su gestión de la crisis con un colérico ataque a Alemania. Y se ha armado una buena.

"[Los nazis ] se llevaron todo el oro del Banco de Grecia y nunca lo devolvieron, así que ahora los alemanes no tendrían que quejarse tanto ni ser tan puntillosos en asuntos económicos". Así respondía Pangalos a las reticencias de Angela Merkel a que la UE salga en auxilio de la maltrecha economía griega.

Ahora, la batalla política se ha trasladado al ruedo mediático. La revista alemana Focus abría este jueves su portada con una fotografía trucada de la  Venus de Milo con un brazo recuperado y el dedo corazón hacia arriba, al estilo Aznar, en un claro gesto de ¡que les den a los griegos!. Pero esta foto no venía sola, el texto que le acompañaba era tan incendiario como la imagen: "Los griegos nos van  a sacar el dinero. Y ¿qué pasa con España, Portugal e Italia?".

La respuesta griega no ha tardado en llegar. Uno de los diarios de mayor tirada del país, Eleftheros Typos publica este viernes otro montaje del Ángel de la puerta de Brandemburgo de Berlín, protagonista de muchos desfiles de la época nazi,  empuñando una esvástica. 



Peor, imposible

Este viernes, el primer ministro griego, George Papandreou, reconocía que los "peores temores" sobre la economía del país "se han confirmado". Estas declaraciones vienen después de que los inspectores económicos de la Unión Europea visitaran Grecia. A Papandreou ya no le queda otra que asumir y olvidar el coste político para pensar en la supervivencia del país,  ya que no se trata sólo de un problema fiscal o financiero, sino que "afecta también a la posición del Estado".

Así, Grecia no buscará un rescate del exterior y, según asegura su primer ministro,  ningún país pagará sus deudas, porque es "una cuestión de honor y orgullo poner la casa en orden". "Le pedimos a la UE solidaridad y ellos nos pidieron cumplir con nuestras obligaciones. Las cumpliremos. Demandaremos a la Comunidad europea solidaridad y pienso que la recibiremos”.

Además, el país intenta restaurar la confianza de los inversores en sus estadísticas económicas y tranquilizar a los compradores de deuda, después de conocerse el uso de instrumentos financieros, en concreto permutas de divisas, con la ayuda de bancos de inversión como Goldman Sachs, para maquillar su nivel real de deuda pública.

Una misión de funcionarios de la Comisión, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha visitado esta semana Atenas con el objetivo de examinar las cuentas griegas y verificar si las medidas de ajuste anunciadas por el Gobierno son suficientes para lograr el objetivo de reducir el déficit un 4% del PIB este año o si por el contrario se requieren iniciativas adicionales.

Funcionarios del Gobierno griego apuntaron que los inspectores de la UE han realizado una evaluación algo negativa de la economía del país. Su mensaje fue que Atenas incumplirá sus metas de reducción de déficit sin el tipo de recortes de gastos que ya han provocado protestas en Grecia.



Huelga General

Para poner en contexto, los últimos días han sido, cuanto menos, duros para los griegos. El país, además de la crisis financiera y presupuestaria en la que se encuentran inmersos, el número de parados y la falta de medios del Gobierno para solucionar la situación, esta semana han tenido que enfrentarse a la parálisis de una huelga general.

Todos los servicios públicos y privados y casi toda la actividad del país se detuvo ante la protesta. Decenas de miles de personas salieron a manifestarse tanto en la capital como en otras ciudades del país helénico. En Atenas se reunieron unas 15.000 personas. Muchos de los manifestantes portaban pancartas con frases como: "¡La crisis deben pagarla aquellos que tienen el dinero y los grandes inmuebles. Ya basta!". La huelga fue convocada por las dos grandes agrupaciones sindicales del país: Adedy, que reúne a los trabajadores del sector público, y GSEE, en la que están integrados los empleados de las empresas privadas. Además de los manifestantes, las cifras oficiales reseñan que unos tres millones de trabajadores secundaron la huelga, por lo que el país quedó prácticamente cerrado.


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