El lucrativo cargo de ex presidente

Vivir de la experiencia política se ha convertido para muchos de nuestros dirigentes en un retiro más que confortable, ‘dorado’. Dos buenos ejemplos, -además de los casos de algunos ex ministros-  son los ex presidentes del Gobierno, el socialista Felipe González, y el ex líder del PP, José María Aznar, que han sabido rentabilizar al máximo su paso por la Presidencia del Gobierno. Sus respectivos ‘cachés’ están por las nubes y, como puede comprobarse, las empresas privadas se los rifan. Los recientes fichajes de González como Consejero de Gas Natural Fenosa con un sueldo anual de 126.500 euros,  y de Aznar como asesor externo de Endesa por 200.000 euros anuales, -decisiones calificadas por Llamazares como “escandalosas”- así lo confirman.
 
Por si fuera poco, por el cargo que han ostentado, los dos tienen derecho a una pensión vitalicia correspondiente al 80% de los sueldos que percibían como presidentes del Gobierno, a disfrutar de coches oficiales y de secretaria, y cuentan con escoltas privados a cargo de las arcas del Estado.
 
Felipe González permaneció en la Moncloa cerca de catorce años ininterrumpidos. Después, se dedicó a viajar y a dar conferencias que cobra a precio de oro. Ha ejercido como intermediario en importantes conflictos internacionales; asesora a importantes empresas, y realiza negocios en Latinoamérica con amigos tan ‘importantes’ como el mexicano Carlos Slim. Hasta se ha convertido en diseñador de joyas.  Y no parece que su ‘estrella’ decline, sino todo lo contrario.
 
Algo similar le ha ocurrido a su sucesor en el cargo, José María Aznar, aunque  el ex líder del PP saboreó las mieles del poder tan solo ocho años, casi la mitad de tiempo que González. Tras renunciar por voluntad propia a volver a presentarse a las elecciones generales por tercera vez consecutiva, Aznar aceptó quedarse simplemente como presidente de Honor del PP, mientras González decidó ser un delicado  y caro 'jarrón chino'.
 
Pero desde que hizo las maletas y dejó el Palacio de la Moncloa, Aznar no ha parado. Lo primero que hizo fue crear la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), al igual que González que también preside varias fundaciones o laboratorios de ideas.

Posteriormente, en reconocimiento a su cargo, fue nombrado miembro del Consejo de Estado (González declinó el ofrecimiento), pero renunció al puesto en junio de 2006 al entrar a formar parte  del Consejo de Administración de News Corporation, el grupo del magnate de la comunicación Rupert Murdoch, con un sueldo anual de la época de 220.000 dólares (unos 170.000 euros).
 
Para entonces, Aznar ya había aprendido suficiente inglés y ejercía como profesor asociado de la Universidad de Georgetown impartiendo seminarios dos veces por semestre sobre política europea contemporánea y relaciones trasatlánticas, destinados a estudiantes y licenciados del Centro Mortara de Estudios Internacionales de la Universidad, el Centro BMW de Estudios Alemanes y Europeos y el Centro de Estudios Latinoamericanos.
 
Su frenética actividad le ha llevado a viajar por todo el mundo, bien para ofrecer conferencias -tan bien pagadas como las de González, es decir, al módico precio de unos 36.000 euros por cada hora -, en las que sienta ‘cátedra’ sobre los asuntos más candentes de la política y la economía; o bien para promocionar los tres libros que ha publicado con el grupo Planeta y que le han reportado unos 600.000 euros de entrada.
 
Entre 2007 y 2009 fue miembro del Comité Asesor del fondo de capital riesgo británico Centaurus Capital. También fue nombrado presidente de la división para América Latina de J.E. Robert, empresa dedicada a grandes operaciones inmobiliarias en Estados Unidos y en Europa. Y desde 2009 es consejero de Doheny Global Group, empresa estadounidense que dirige Irwin Katsof.
 
Tanta actividad le obligó a crear la empresa familiar Famaztella, que gestiona los bienes e ingresos del matrimonio Aznar-Botella, y que ha estado, -¡como no!-, en el punto de mira de varias investigaciones periodísticas por el abultado montante que factura. También los bienes de Felipe González, sus negocios privados con sus pingües beneficios han sido objeto de dudas y dimes y diretes. Gajes del 'oficio'.