El plan secreto de Mas: el "butifarréndum"

En el año 2009, la Asamblea celebró en algunos pueblos de Cataluña una serie de consultas sobre la independencia con carácter festivo y sin ningún valor jurídico. Votó el 20% de la población y sólo un 5% lo hizo en contra de la independencia. La oposición y muchos ciudadanos temen ahora que la propuesta alternativa de Mas sea algo parecido a esos referendos de "pachanga", como los ha denominado el PP, o una "burla" a la ciudadanía, como han declarado desde el PSC.

Y es que una consulta celebrada en esos términos no tendría valor jurídico alguno. Precisamente, Joaquím Brugué, el miembro de la Comisión de Control, la Junta Electoral creada para controlar el referendo, que dimitió el lunes, asegura también hoy en una entrevista con El País que la consulta "se está preparando sin garantías democráticas". Brugué, que es catedrático de Ciencia Política y que fue nombrado a instancia de ICV, añade que "si un observador viniese a Cataluña, creería que es Guinea".

Además, el Govern necesita para llevar a la práctica su plan B la colaboración de los ayuntamientos. Y no parece que éstos estén por la labor. En Cataluña hay 946 municipios y, aunque Mas ha presumido reiteradamente de que los tiene de su lado, sólo 99 han hecho los deberes y han buscado un espacio para poner las urnas. Mas sabe que Ayuntamientos de grandes poblaciones como Badalona, la tercera en tamaño de Cataluña, gobernada por el PP, jamás se avendrán a seguirle el juego, lo que restará aún más credibilidad a su "butifarréndum".

En estas circunstancias, Mas ha hecho lo único que podía hacer: ha convocado de nuevo a los partidos soberanistas a una reunión, que se celebrará mañana en el Palau de la Generalitat, para tratar de evitar que se rompa del todo la unidad entre ellos y alargar el pulso con el Gobierno central el máximo tiempo posible.

Pero quizá para el Ejecutivo de Mariano Rajoy la celebración del "brutifarréndum" sería una buena solución al conflicto abierto con el nacionalismo catalán. Una consulta de esas características no sólo no tendrá validez, tampoco tendrá la participación necesaria como para que Mas pueda acreditar que la mayoría de los catalanes son independentistas. Si solamente vota el 20% o el 25%, la consulta alternativa servirá para que Rajoy se cargue de argumentos a su favor.



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