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Los Nacimientos son un elemento clave desde la época de Carlos III

La tradición de los belenes

viernes 15 de diciembre de 2006, 12:48h

¿Cuándo se realizó en Madrid el belén más completo?. ¿Cómo se realizan las figuras que dan vida al Nacimiento? El Ayuntamiento de Madrid contesta a estas cuestiones, y a muchas más, en la visita guiada que bajo el título de 'Belenes históricos madrileños' ofrece la oportunidad a los ciudadanos de descubrir los belenes más importantes de la capital. Y es que los Nacimientos son un elemento clave, en estas fechas navideñas, desde la época de Carlos III.

En la actualidad en casi todos los hogares madrileños ya han puesto un belén para recordar la llegada de Jesús. Sin embargo, ¿desde cuándo es una tradición poner los belenes? ¿Quién fue el primero que recreó un Nacimiento? Y, ¿quién lo trajo a Madrid por primera vez? María Luisa Rubio, guía oficial del Patronato de Turismo del Ayuntamiento de Madrid, contesta a estas cuestiones a través de la visita guiada 'Belenes históricos madrileños' que durante estos días puede realizarse en la capital de España. "Esta visita es casi ya una tradición. De hecho yo llevo seis años  y siempre se ha hecho. Tiene una respuesta del público muy positiva. Siempre hay gente", declara Rubio.

No es de extrañar ya que a través de esta iniciativa todos los interesados pueden observar los belenes más representativos que están expuestos en Madrid al mismo tiempo que se documentan sobre sus orígenes. La visita comienza en las puertas del Palacio Real debido a que, en una de sus estancias, se encuentra el Belén del Príncipe. Un Nacimiento muy importante ya que fue el que trajo Carlos III en 1760 desde Nápoles. Formado por más de cinco mil figuras y escenografías napolitanas se convirtió "en el belén más completo. Fue la superación de todos los belenes. Más que eso ya no se podía hacer", señala la guía. Desde entonces se implantó una tradición belenista no sólo en todo el territorio español sino también en la región madrileña. Una tradición que llega hasta nuestros días.

El Belén del Príncipe "está siempre montado, lo que pasa que solamente lo abren al público durante estas fechas. Por tanto, una vez que ya lo has visto ya no hay ninguna novedad", como reconoce María Luisa Rubio, aunque también matiza que es en el único belén en el que ha visto "la recreación del propio demonio". Otro de los belenes que se pueden contemplar gracias a esta visita es el que está expuesto en el convento de la Encarnación. Un espacio muy singular ya que "cuando una monja venía a este convento tenía que traer una dote, que tenía que ser un niño Jesús", declara la guía. Gracias a esta tradición, el convento guarda "niños de vestir, de Terracota..., es decir, una amplia gama de todo tipo de niños Jesús".

Entre las preguntas más frecuentes de los asistentes es ¿por qué la Natividad se representa con una mula y un buey? Y es que realmente en ningún sitio "aparece que estuvieran ahí", como reconoce la guía. Sin embargo, se sabe que fue San Francisco de Asís el que en el año 1223 colocó por primera vez, en el altar de la parroquia de Greccío, en Italia, un pesebre con el Niño, la Virgen, la mula y el buey. "Fue una verdadera revolución", como señala Rubio, que explica que el buey simboliza el trabajo y la fertilidad.  "No se utiliza el toro porque éste representaba lo malo, lo pagano". Por otra parte, aunque en un principio también en algunos belenes se ponía un asno "se sustituyó por la mula ya que el primero simbolizaba terquedad y tontería mientras que la mula es trabajo", informa Rubio. Respecto a los colores con los que se pinta a la Virgen María, la guía indica que el azul representa "al cielo" mientras que el rojo o rosa palo significa "la futura pasión de Cristo".

En la Plaza de la Villa está expuesto el belén realizado por el escultor y belenista José Luis Mayo Lebrija, que forma parte de la primera Asociación de Belenistas de Madrid creada en el año 1945. Como en años anteriores Mayo ha realizado una serie de figuras artesanales de palillo, moldeadas posteriormente con arcilla y policromadas con pintura al óleo. Además, el belén cuenta con diversas construcciones realizadas en madera y forradas con pastas cerámicas pintadas a mano. Entre las novedades de este año destacan, además de las nuevas escenas bíblicas como la Anunciación a María, y la Huida a Egipto, la incorporación de más de setenta figuras, en concreto 73, que recrean un fiel cuadro costumbrista y las labores diarias de los habitantes de Belén.

"En Madrid los belenes que se recrean son los populares, en los que se ven las casas típicas de aquella época y a la población realizando los oficios tradicionales. Sin embargo, en otros sitios como en Cataluña se realizan belenes históricos donde se meten casas de la propia región", recuerda la guía. Otra de las visitas obligadas para conocer los belenes madrileños es al convento de las Carboneras, en la calle del Codo, ya que acoge un belén del siglo XVII de la escuela quiteña. "Son figuras muy barrocas y muy pesadas pero que son muy interesantes de ver", informa María Luisa Rubio. Precisamente es ante este belén donde la guía explica que existieron "muchas versiones diferentes de los Reyes Magos". En un principio "representaban a Europa, Asia y África; luego las tres edades del hombre... además, al principio no había ningún Rey Mago de color". Los regalos de los reyes son simbólicos ya que la mirra representa una "larga vida"; el oro "la riqueza", y el incienso "la santidad de Jesucristo".

El belén del Gobierno regional
El último belén visitado es el de la Comunidad de Madrid, el cual está formado por "más de 400 figuras", un centenar más que el pasado año, que ocupan una superficie de 140 metros cuadrados. El Nacimiento es un montaje de gran realismo que pesa más de dos toneladas. Las más de 400 figuras de las que se compone han sido realizadas artesanalmente con gran detalle, a mano, en barro cocido y
policromada una a una. Gran parte de las mismas son obra, de nuevo, de José Luis Mayo Lebrija.

En su diseño e instalación se han invertido aproximadamente 2.500 horas de trabajo, para lo que se ha contado con la participación altruista
de 45 personas de edades comprendidas entre los cinco y los 70 años. Para el montaje del Nacimiento se han utilizado 1.500 kilos de corcho, 150 metros cuadrados de musgo natural, 500 kilos de arena de río y 30 de gravilla, así como 10.000 tornillos de diferentes tamaños para ensamblar todo el montaje.

Las escenas que componen el Nacimiento están basadas en los pasajes bíblicos del Nuevo Testamento. Entre ellas se encuentra la representación de la Natividad y la Anunciación a María, además del castillo de Herodes y una cabalgata de los Reyes Magos como símbolo de la Epifanía del Señor. También se han representado diversas escenas cotidianas del pueblo de Belén.

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