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Todas las figuras y los aspirantes sufrirán el duro examen de Las Ventas

La Feria de San Isidro pasa revista a la Fiesta en esta buena temporada

La Feria de San Isidro pasa revista a la Fiesta en esta buena temporada

lunes 07 de mayo de 2007, 20:42h
Ya está aquí el santo más torero, San Isidro, bajo cuya advocación se celebra cada año, en la cátedra de la plaza de Las Ventas, la Feria más importante decisiva y decisoria del planeta taurino en una temporada, ésta de 2007, que está resultando muy interesante. Con la presencia de todas las figuras -eso sí, mal combinadas- y las más importantes ganaderías -comerciales y toristas-. Que Dios reparta suerte.
Con la gran atracción de Talavante (http://www.alejandrotalavante.com/) y Castella (http://www.sebastiancastella.net/) como los jóvenes que aspiran a derrocar a las máximas figuras, El Juli (http://www.eljuli.com/index.asp),  Ponce (http://www.enriqueponce.com), El Cid y Rincón, y sin olvidar al genial Morante de la Puebla (http://www.morantedelapuebla.es), la Fiesta de los toros afronta su anual examen en la plaza más importante, decisoria y decisiva del mundo: Las Ventas  (http://www.las-ventas.com).

A lo largo de un mes, contando con el añadido que es el ciclo del aniversario y la corrida de Beneficencia, el patrón de Madrid, San Isidro, 'pasará revista' al estado de esta liturgia compulsiva y laica en la Feria que lleva su nombre. Durante este tiempo, desfilarán por la pasarela venteña las máximas figuras ya mencionadas y los jóvenes que aprietan y aspiran a derrocarlos -léase Tejela, Perera, Manzanares, Jiménez y Marín, entre otros-.

Pero también hay sitio para ilustres veteranos como Luis Francisco Esplá y El Fundi; para confirmantes de alternativa, cual Ambel Posada, y, por supuesto, para los matadores especialistas en las divisas duras que -a excepción de El Cid- rehúsan los mandamases, como acontece con Pepín Liria, Luis Miguel Encabo, El Califa, Gómez Escorial etc. Como es lógico, también hay lugar para las figuras del toreo a caballo, que encabeza el indiscutible "número uno", Hermoso de Mendoza, al que le disputan el trono Andy Cartagena, Fermín Bohórquez y los Moura padre e hijo -todos anunciados-, y para las de la novillería, con Daniel Luque y Pérez Mota al frente.

Todo lo anterior, en cuanto a coletudos, pero igualmente las más importantes y cotizadas ganaderías de bravo abordan su reto más complicado ante la exigente afición madrileña. Las comerciales, al gusto de las figuras -léase Núñez del Cuvillo, Alcurrucén, Victoriano del Río, El Torreón etc.-, y las duras y encastadas, al gusto de los aficionados del polémico tendido 7, el sanedrín sabio que mantiene la categoría de Las Ventas: Escolar, Cuadri, Palha, Dolores Aguirre, Adolfo y, por supuesto, el igualmente indiscutible 'número uno', Victorino Martín (http://www.victorinomartin.com/), que pone broche de oro al abono isidril.

Buenas perspectivas esta temporada

En una temporada, ésta de 2007, en que la Fiesta parece resucitar, la gran atención se centra en Talavante, que no sólo confirmó doctorado en tauromaquia saliendo a hombros el pasado 8 de abril, sino algo mucho más fundamental para esa religión compulsiva y laica, olorosa y flamígera que es una Fiesta de los toros en crisis y atacada por muchos flancos: se subió definitivamente al carro de las máximas figuras y se postuló como candidato a derrocar a los dos mandamases de las últimas campañas, El Juli -25 años y 8 ya de alternativa- y Enrique Ponce -35 y 16-. Algo en lo que se une a la gran revelación de 2006, el francés Sebastián Castella -23 y 4-, que prepara para este año su 'golpe de Estado' definitivo.

Sólo faltaba la reaparición del indiscutible 'número uno' mientras estuvo en activo, José Tomás (http://www.jose-tomas.com) -32 y 11-, el ídolo y maestro al que imita Talavante, y que vuelve a los ruedos el próximo17 de junio en Barcelona -uno de los lugares donde el espectáculo taurino sufre más ataques-, para que la temporada 2007 se presente apasionante como nunca en los últimos lustros, para que la expectación sea enorme, los cosos vuelvan a llenarse y la Fiesta vuelva a despegar. Y no sólo en recaudación, sino en atención mediática de la prensa taurina y de los medios de comunicación generalistas, que ya se volcaron y dieron el espacio y tiempo que merecía al ‘bombazo’ informativo que fue el pasado mes de febrero la noticia del regreso a los ruedos de José Tomás.

Pero  la atracción mediática global de la Fiesta ha seguido al alza, con importantes novedades después de este anuncio y la salida a hombros de Talavante en Madrid. Porque el extremeño, al que se sigue ya a tope en lo informativo, fue uno de los grandes protagonistas de una extraordinaria Feria de Abril en Sevilla, que también ha confirmado que la campaña de 2007 puede ser histórica. Porque Talavante repitió jugada y abrió la otra puerta sagrada del toreo, la del Príncipe de Sevilla, cortando tres orejas en otra de sus tardes para el recuerdo y/o el vídeo.

Mas no sólo él tiró del carro, porque para añadir más interés aún a 2007 otros dos de los consagrados mandamases del escalafón, Manuel Jesús 'El Cid' -32 años y 7 de alternativa- y el colombiano César Rincón -41 y 25, y en su temporada de despedida- triunfaron casi de similar guisa. El primero, saliendo a hombros también por la Puerta del Príncipe, y el veteranísimo Rincón, cortando dos orejas jugándose la vida 'a lo Talavante' con un toro que lo volteó y buscó con saña sin llegar a herirle de gravedad todavía no se sabe por qué extraño milagro.

Pero no quedaron ahí las expectativas de lo que se avecina para este 2007, porque El Juli y Ponce, a su manera, defendieron su sitio con buenas actuaciones no rematadas con estoque y verduguillo, lo que redujo el premio orejil, aunque calando igualmente en espectadores de La Maestranza y televisivos.

El nuevo Curro Romero


También Castella, con su toreo igualmente similar al de José Tomás y Talavante, pleno de valor y desprecio a la vida, pudo salir a hombros de no haber fallado con las armas toricidas. Y, para redondear un ciclo sevillano ya histórico, sólo faltaba que el coletudo que mayores expectativas despierta como sucesor de los inigualables Curro Romero y Rafael de Paula -que para más 'inri' le apodera-,  el genial e irregular Morante de la Puebla, ofreciera su mejor versión. La que le hace ser sublime con su toreo barroco, de artista puro, de cante hondo, que estremece en grado máximo las fibras sensibles no sólo de su legión de partidarios, sino de cualquier aficionado y de hasta los que no lo son.

De modo que las espadas, virtuales, están en todo lo alto y la gran batalla se dirimirá ahora en la Feria más importante, decisoria y decisiva del mundo, la de San Isidro de Madrid, que cada año examina la situación exacta de la Fiesta, con sus máximas exigencias que no vienen sólo del sanedrín sabio, polémico e imprescindible del tendido 7. Pero la batalla continuará, como se está viendo a diario en cualquier festejo de cualquier capital o pueblo, a lo largo de toda la temporada.

No va a ser necesario siquiera que los denominados toreros de la ‘corrida de la prensa’, Jesulín de Ubrique, Javier Conde, El Cordobés, Finito de Córdoba, ‘Fran’ Rivera Ordóñez y su hermano Cayetano, sobre los que recaía hasta ahora la mayor atención de los medios no taurinos, especialmente los del corazón y otras vísceras, sigan de actualidad. Al menos en lo estrictamente profesional y táurico, ya que su fama debido a las revistas y programas televisivos de cotilleo, con la que es justo y necesario admitir que atraían a las taquillas de los cosos a mucho público -sobre todo femenino y joven- continuará y será un aliciente más de 2007 para esos seguidores tan específicos.

Aunque a los más aficionados no interesan lo más mínimo por su valores toreros, a excepción de Cayetano, un gran estilista -a diferencia de la vulgaridad de su hermano ‘Fran’- que sí ha despertado expectativas en los aficionados dabuten, pero que por ahora no quiere dar la cara en Madrid por si pega un petardo y el globo se desinfla. Prueba de lo poco que interesan es que ninguno de ellos aparece en la cartelería de la Feria de San Isidro, en la que tienen cita todos los demás, sin que se haya levantado ni una sóla voz desde el sector de aficionados o desde la crítica preguntando porqué no pisarán el ruedo venteño.

Hermoso, el mejor torero a caballo

De modo que la Fiesta puede levantar vuelo -de hecho ya lo está haciendo y acude más público que nunca a los festejos- este año gracias a sus valores propios y específicamente taurinos con los mencionados Talavante, José Tomás, Ponce, El Juli, El Cid, Rincón y Morante. Pero sin olvidar a otros contrastados matadores jóvenes que también aspiran a meter la cabeza en el grupo de los privilegiados y que intentarán aprovechar este tirón de 2007 para lograrlo, como acontece con Manzanares, César Jiménez, Serafín Marín, Salvador Cortés, Matías Tejela y alguno más.

Sin olvidar igualmente el gran momento que se vive en el toreo a caballo desde la irrupción de otro indiscutible como ‘número uno’, Pablo Hermoso de Mendoza -al que también quieren derrocar en 2007 otros nuevos valores como Andy Cartagena, Sergio Galán, Leonardo Hernández y Joao Moura hijo- tampoco conviene pasarse de optimistas en este concienzudo análisis, porque la base de la Fiesta, que se llama de los toros -protagonistas- y no de los toreros -antagonistas- es eso precisamente: los toros bravos.

Y las ganaderías, salvo las denominadas duras -a las que con la excepción de El Cid rehuyen los mandamases del escalafón-, atraviesan un mal momento en  los dos aspectos fundamentales, bravura y fuerza, que echan a perder muchas corridas. No obstante, siempre quedan esos hierros duros, como los del 'número uno' Victorino Martín, y otros cual los de su sobrino Adolfo Martín, Cebada Gago, Cuadri, Miura, Partido de Resina (antes Pablo Romero), José Escolar etc. que garantizan un ingrediente esencial de la Fiesta: la emoción.

También es justo y necesario poner en la balanza que esta gloriosa resurrección, sobre todo por los coletudos a pie y a caballo, no oculta los desafueros estructurales que viene sufriendo la Fiesta desde hace décadas y que hasta este año añadían oscuras sombras sobre su futuro. Primero, la ya mencionada crisis de su elemento esencial y protagonista, el toro, que a su adolecer de fuerza y bravura hay que añadir que, salvo en Las Ventas, La Maestranza y poco más, suele salir al ruedo mermado artificialmente de defensas, lo que se conoce como ‘afeitado’ de sus pitones, para mayor comodidad y menor riesgo –pero también emoción en el espectáculo- de los matadores, e incluso en ocasiones debilitado y/o drogado para que el riesgo aún sea menor.

El olvido de los políticos

No menos destacable es el olvido profundo del espectáculo taurino por parte de la mayoría de los políticos –en mayor grado los de izquierdas-, que a veces llegan a avergonzarse de lo que creen políticamente incorrecto, como las funciones taurinas. Eso sí, para ir a la plaza durante las fiestas patronales para sacar barriga o pecho, se dejan sus prejuicios, y así en lugar de servir a la Fiesta se sirven de ella. Cuando no manejan -¿escribimos más adecuadamente manipulan?- de forma escandalosa los concursos para otorgar la gestión de los cosos -casi todos de propiedad pública- y dársela a sus interesados amiguetes, algunos impresentables millonarios del ‘ladrillo’.

Como ha ocurrido en Las Ventas cuyas dos últimas concesiones por parte de Esperanza Aguirre han sido tan polémicas –el primer ganador, Fidel San Román, estuvo en la cárcel por la Operación Malaya-. Sin olvidar, por último, y  siendo suaves, que gran parte de los críticos –y en mayor grado los de los medios públicos de RTVE- están muy a gusto con este sistema en el que nada denuncian y viven muy bien.

En cualquier caso, no es de extrañar tanto desafuero y corrupción, pues, como antológicamente señaló Ortega –no el torero, el filósofo-, para entender España es menester entender lo que ocurre en la Fiesta en cada época porque ambas siempre van paralelas. Y en esta sociedad actual que no prima el esfuerzo ni el mérito y sí el pillaje, y en la que el único dios a adorar es el becerro de oro; en la que, en definitiva, el fin justifica los medios para enriquecerse, la Fiesta, que vive sumergida en ella, no podía ser de otra forma. Menos mal que su secular fuerza –es el segundo espectáculo de masas en recaudación y asistencia- le ha permitido siempre capear el temporal e incluso resurgir en los momentos más difíciles, como ahora, gracias a los héroes que son los toreros.

Es justo y necesario, nuestro deber y salvación, pues, insistir: sin olvidar sus muchos problemas, llega San Isidro y Las Ventas llenará durante un mes consecutivo los 24.000 escaños de sus gradas y tendidos -17.000 de ellos abonados-, que se quedan pequeños ante la enorme demanda, hasta el punto de que es casi imposible conseguir entradas si no es en la reventa y a precios muy por encima del real de cada boleto. Y si la batalla entre las figuras nuevas y veteranas se cumple y continúa después en el resto de la campaña del 2007, la Fiesta resucitará de nuevo. Que así sea.
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