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¿Estamos locos o qué?

Vigalondo, ¿por qué te ríes del holocausto?

Vigalondo, ¿por qué te ríes del holocausto?

martes 01 de febrero de 2011, 08:10h
Hay cosas con las que es mejor no bromear. Y no por nada. Más bien por no molestar al que tienes enfrente. Cuando alguien hace bromas y el objeto de las mismas no se ríe, el autor suele defenderse diciendo que el atacado "no tiene sentido del humor". Y a veces es cierto. Pero sólo a veces. El humor es lo que tiene. Que es muy subjetivo. A uno le puede parecer tronchante ver cómo se cae  una viejecita en la calle pero a la señora en cuestión le puede hacer cero gracia porque le puede acarrear consecuencias poco cómodas para su movilidad.

Hay muchos programas en la televisión que hacen de su modus vivendi hablar de los demás. Otros, directamente se ríen de la gente y/o con la gente famosa y/o conocida por el gran público. Y suelen tener un éxito bastante aceptable porque siempre hay gente se quiera reír contigo de aquél señor y/o señora que como a ti, le cae bastante regular.

Así las cosas en España tenemos grandes profesionales de reírse de los demás, excepto de uno mismo que es una costumbre muy patria. Pero bueno, nosotros somos así y con unas cañitas y unos vinos lo solucionamos (antes también con un cigarro) Y normalmente no suele llegar la sangre al río.

Pero sucede en ocasiones. Contadas, afortunadamente, que alguien se atreve a cruzar el Misisipí y entonces se lía y muy gorda. Y es que hay cosas con las que no se juega. Y una de ellas es con el sufrimiento de los demás.

El holocasto judío ha sido uno de los mejores exponentes que ha dado la humanidad de hasta dónde puede llegar la crueldad del hombre. No hace falta que desgrane aquí nada porque a estas alturas ya está en la retina colectiva el sufrimiento de millones de judíos. Además de aquellas muertes infames heredamos el dudoso privilegio de pertenecer, a veces, a la especie humana. Tratar con poco respeto a las víctimas es inaceptable pero reírse de ellas es un juego cruel que no debería admitir ni un ápice de tolerancia.

Nacho Vigalondo
es un ser humano que trabaja en el País y cuyo perfil de twitter alcanzó la semana pasada los 50 mil followers quiso celebrarlo por todo lo alto y lanzó un mensaje que para él, es de suponer, era provocativo y, quién sabe, hasta gracioso. Y escribió: "El holocausto fue un montaje" Su twitter alcanzó el fin de semana la temperatura de una olla a presión y es de suponer que desde el periódico de PRISA le han dado un toque. Y digo que es de suponer porque en esta vida una ya no sabe lo que es o lo que no es aceptable. Al menos si se deja llevar por las modas o por lo que es socialmente tendencia. Y parece, últimamente, que es tendencia no respetar nada ni a nadie y no pararse en seco y decir; basta, hasta aquí hemos llegado.

Hoy publica su blog dónde yo percibo una pretendida autojustificación y que, francamente, para escribir esto mejor haberse estado callado. Lo único que debería hacer este señor es pedir disculpas a quien ha ofendido. Y ha ofendido a muchísima gente. Empezando por los judíos y continuando por las personas que, independientemente de sus creencias religiosas, las tengas o no, entienden que el holocausto fue una terrible vergüenza para la humanidad y que de todo, menos bromas.

Me importa cero su pretendida actitud de niño malo incomprendido que hace las cosas para comprobar no sé qué de las personas que le siguen. Hay cosas en esta vida que son intocables y una de ellas es el respeto por el dolor ajeno. Y a él le puede hacer mucha gracia creerse el rey del mundo, creer que su "ingenio" está por encima del bien y del mal y puede intentar justificarse (como hace hoy en su blog) con millones de explicaciones. Pero bastaría sólo una palabra: perdón.

Y es que la humildad es algo que hace mucho que ni se lleva ni se practica y la sensibilidad por el daño causado a los demás hace ya mucho tiempo que muchos han perdido.

Vigalondo, ¿por qué te ríes del holocausto? Porque te creerás que no lo has hecho. Creerás que detrás de tu pretendida intelectualidad que, por supuesto el resto no entendemos, hay un experimento más que tampoco es para tanto. Yo deduzco esto de las palabras de hoy en tu blog. Tanto párrafo explicándote y no veo por ningún lado las palabras: lo siento, me equivoqué.

Me quedo con un frase que el otro día,  día internacional del holocausto, leí en el muro de un amigo en una red social y que la firmaba una judía: "Nuestro triunfo sobre la barbarie es que los pocos que sobrevivieron tuvieron fuerzas para contarlo, y nosotros fuerzas para recordarlo"

Mi respeto para todos ellos. Mi rechazo para Vigalondo

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