Mucho hecho y mucho por hacer

Dentro de escasos tres meses la sociedad tendrá una cita con las urnas, y para los representantes políticos habrá llegado el momento de comprobar si las expectativas creadas han generado suficiente confianza entre los ciudadanos.

Durante los meses previos los partidos políticos tenemos la importante labor de comunicar cuáles son nuestros compromisos futuros con los ciudadanos, pero aquí cada uno lo hará a su manera. Unos harán promesas exageradamente atractivas, increíbles en algunos casos e irreconocibles por lo poco que tendrán que ver con su trayectoria pasada. Otros haremos balance de lo que hemos hecho y, en base a esos logros, intentaremos continuar, de forma coherente, con el modelo iniciado.

En nuestro balance tiene un papel relevante la política social porque forma parte esencial de nuestra naturaleza política. Todo lo que hemos hecho en política social estaba anunciado en nuestro programa: Allí estaba el compromiso de aumentar las pensiones y el salario mínimo, el plan de integración social para los inmigrantes o la promesa de una política de apoyo a la familia que los gobiernos de la derecha, pese a su verborrea, nunca han hecho.

En esa política se inscriben la atención a la dependencia, la reforma fiscal en beneficio de las rentas más bajas, el auge del empleo y el apoyo a las familias, a todas las familias. Esto último es básico para avanzar en el objetivo de conciliar la vida familiar y laboral, y por eso hemos puesto en marcha medidas como la configuración del permiso por paternidad, el esfuerzo de creación de escuelas infantiles y, la ayuda de 2500 euros a cada familia que tenga un nuevo hijo y de 3.500 euros para familias numerosas, niños discapacitados o familias monoparentales.

Afortunadamente, en este momento la pujanza de la economía española nos permite hacer muchas cosas que en otros momentos no hubieran sido posibles. Hemos demostrado que no hay contradicción entre buena salud económica y políticas sociales. El período en que más ha aumentado el gasto social es también el de mayor crecimiento económico y mayor creación de empleo.

España es hoy un país con mayor riqueza, en el que hay más empleos y empleos de más calidad. Los datos de la evolución de la economía española durante estos años son contundentes. Nuestro crecimiento, en media anual, se ha situado en el 3,7 %, superando a todos los países del G-7 y en más de un punto a la media de la Unión Europea.

Hemos crecido el triple que Italia, el doble que Alemania, un 50 % más que el Reino Unido, un 25 % más que Estados Unidos. España es hoy la octava potencia económica del mundo y nuestro PIB ha superado el billón de euros.

La mejora de la productividad como consecuencia de la apuesta del Gobierno por el capital humano, la tecnología y las infraestructuras y la reducción del impuesto de sociedades –que el Gobierno de la derecha nunca hizo- han sido claves para mejorar la competitividad de nuestras empresas.

Hemos conseguido un modelo de crecimiento equilibrado y sólido gracias a una notable reducción de la deuda pública, una inversión en bienes de equipo que triplica el ritmo de 2004, un importante incremento del presupuesto destinado a I+D+i y TIC, y al mayor esfuerzo de planificación de infraestructuras de nuestra historia, que conseguirá, que en 2010 España sea el país con más kilómetros de alta velocidad del mundo y el país con más kilómetros de autovías de Europa. 
A ello hay que añadir que estamos consiguiendo modificar nuestro modelo de crecimiento. El signo más visible es que la industria crece hoy a un ritmo cinco veces superior al de hace tres años, sustituyendo poco a poco a la construcción como la rama más dinámica de la actividad productiva.

Esta ha sido, ante todo, la Legislatura del empleo. Cuando termine, se habrán creado en España tres millones de puestos de trabajo: dos mil por cada día de la Legislatura. En estos años, se ha creado aquí más empleo que en Alemania, Francia y Gran Bretaña juntas. Gracias a ello, España tiene hoy la tasa de paro más baja de los últimos años, por debajo del 8 %.

El paro femenino era uno de los déficits de este país. Estamos logrando que las mujeres se incorporen masivamente al trabajo: de los nuevos empleos creados en España, un millón y medio han sido ocupados por mujeres.  Y sobre todo, hemos logrado invertir la tendencia que nos conducía a convertirnos en una sociedad de empleos precarios.

Este aumento del empleo ha hecho posible que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social haya pasado de 15.000 millones de euros a 45.000 millones, garantizando la sostenibilidad del sistema de protección social.

El restablecimiento del diálogo social ha sido la pieza clave para conseguir estos logros laborales. Y el mérito hay que apuntárselo no sólo a la voluntad política del Gobierno, sino también y muy principalmente al sentido de la responsabilidad de los sindicatos y de las organizaciones empresariales. Además del trascendental acuerdo sobre estabilidad en el empleo, se han firmado más de veinte acuerdos sociales a lo largo de la Legislatura.

Por último, no puedo dejar de recordar que en estos casi cuatro años hemos conseguido extender los derechos civiles y avanzar en la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, algo que no depende de  la capacidad económica de un país sino de la voluntad política de sus gobernantes. El reconocimiento del derecho de los homosexuales a contraer matrimonio y adoptar, la reforma del divorcio y la Ley de Igualdad son claros exponentes. Además, hemos avanzado en la consolidación de la democracia con la reforma de RTVE y la Ley de Publicidad Institucional.

En definitiva, los socialistas nos presentamos a las elecciones con la satisfacción del deber cumplido y con la responsabilidad de que queda mucho por hacer. Queremos seguir haciendo cada día de España un país mejor. Y para esa tarea pediremos a la ciudadanía que revalide la confianza que ha depositado en nosotros.


* Jose Blanco López. Secretario de Organización y Coordinación del PSOE, especial para la revista Mas +