www.diariocritico.com
Aguirre vuelve a reinar

Aguirre vuelve a reinar

martes 16 de diciembre de 2008, 18:38h
La presidenta de la Comunidad madrileña ha conseguido imponer su forma de hacer oposición al Gobierno de Zapatero y al PSOE. En horas bajas dentro de su partido desde el Congreso de Valencia, del que salió fortalecido su gran rival interno, Alberto Ruíz Gallardón, necesitaba una palanca para volver a la palestra nacional y la frase del alcalde de Getafe a sus vecinos más militantes llamando “tontos de los cojones” a los votantes del PP se lo ha puesto en bandeja.
El exabrupto se quedaría en una anécdota más dentro de la vida política, para ser contestada u olvidada de la misma forma en que lo han sido otras si no fuera por varias circunstancias: la primera, que dentro del PSOE y del PP se están viviendo sendas crisis de liderazgos, más  fuerte en el partido de la oposición que en el partido del Gobierno, con un Mariano Rajoy que  mantiene la “potestas” pero no la “autoritas” y un Rodríguez Zapatero al que parece haberle abandonado su propia y comprobada “baraka” arrastrado por la crisis; y la segunda, el necesario cambio de estructura y de objetivos de la Federación Española de Municipios y Provincias de cara a que el municipalismo adquiera de una vez por todas mayor  protagonismo en la vida pública y oficial de este país. En el Partido Popular se está buscando que los plazos que parece haberse impuesto su presidente y su equipo no se cumplan, que el viaje al centro a través de una oposición de guante blanco termine ya, y que tras las elecciones vascas, gallegas y europeas aparezca un nuevo líder que sea capaz de entusiasmar a los militantes y votantes, y con capacidad para ganar los futuros comicios generales, dando por hecho que Mariano Rajoy no es esa persona.

    En ese camino vuelven a aparecer en escena las dos personalidades con más carácter dentro del PP y con más  posibilidades de encarnar ese perfil que se pretende óptimo para enfrentarse a Zapatero o a quien éste designe como sucesor o sucesora: Esperanza Aguirre y Alberto Ruíz Gallardón. Y los dos y sus equipos mantienen su antipatía mutua y sus recelos personales. Si la primera es  consciente de que tras Valencia se convirtió en el “verso suelto” de su partido, el segundo pretende que sea el propio Rajoy el que le entregue el testigo tras verse agotado en la carrera presidencial. Y alrededor de uno y otro juegan los ausentes y los presentes, desde José María Aznar a Dolores Cospedal y desde Eduardo Zaplana a Soraya Sáenz de Santa María.

    Así las cosas, la virulencia de los ataques de Aguirre contra Pedro Castro no sólo buscaría  “lavar” la aparente afrenta a los votantes del PP, pretendería y habría logrado colocar a la presidenta de nuevo en la vanguardia de la oposición al PSOE y a Zapatero, arrastrando a la actual dirección e impidiendo las actitudes más tibias que han caracterizado estos seis meses.

    “Espe” vuelve a reinar dentro del PP, ha dejado en la orilla a su adversario interno, encabeza el  ala más dura – y ese es su peligro –, pero al mismo tiempo transmite un mensaje muy claro y contundente, muy en la línea de José María Aznar: las batallas se dan para ganarlas y sin contemplaciones ni esperas a ver si el “enemigo” se derrota a sí mismo.

    El riesgo que corre Aguirre se diluye en la actual situación de crisis económica y en la cada vez más extendida sensación de que ni el Gobierno, ni su presidente saben muy bien cómo salir del atolladero. Si no se mueven fichas económicas se mueven las sociales y políticas,  convirtiendo la anécdota en categoría – como tantas otras veces en la política española – e intentando “cobrar pieza”. Si Castro dimite en la FEMP, el tanto se lo apuntará con toda razón Esperanza Aguirre, Rajoy habrá marchado detrás junto al resto de la dirección popular, y Zapatero habrá perdido a uno de sus peones más eficaces. Tres por el precio de uno, no se puede pedir más. Están luego el PSOE y el Gobierno, sobre todo el PSOE de Madrid, todavía  con un liderazgo de baja intensidad y poco conocimiento ciudadano. Tomás Gómez necesita  reforzar su poder interno frente a los alcaldes más veteranos, y Pedro Castro es el más veterano de todos ellos: 25 años al frente de la alcaldía de Getafe así lo demuestra. De ahí tal vez que las voces y los gestos de apoyo hasta ahora hayan sido más bien pocos. Claro que, tras las intervenciones de los portavoces en el Congreso, las cosas parecen estar girando en el sentido de una frase que se ha convertido en tópica desde que Camilo José Cela la  empleara al recoger su premio Príncipe de Asturias: “en este país, quien resiste, gana”.

    Por último no se puede olvidar que los enfrentamientos políticos y personales entre Castro y Aguirre han ido subiendo de tono; que Aguirre se siente maltratada por el PSOE y el Gobierno de Zapatero los 365 días del año; que acaba de salir viva de un salvaje atentado terrorista y que la recibieron al llegar a España con duras críticas a su salida de Bombay; y que el  cuerpo, su cuerpo, su forma de ser y estar en la política y en la vida le piden guerra. Pase lo que pase en los próximos días e incluso lo que pase en el primer semestre del 2009, que está  sin escribir, hay dos cosas ciertas: Aguirre vuelve a reinar en una parte importante del PP y equilibra la ventaja que le llevaba Gallardón para el futuro; y Pedro Castro, sin quererlo, se ha convertido en el mejor de los termómetros para medir la temperatura que hace en el interior del  PSOE: si dimite o le dimiten el frío amenazará con congelar sus resultados futuros.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios