La presidencia española de la Unión Europea con acento latino

El mandatario acentuó la importancia que tienen los socios latinoamericanos para España y ha manifestado “orgullo” de pertenecer a la comunidad iberoamericana. “América es europea y España es americana, por la influencia y la historia que compartimos”, aseguró. Aprovechó su intervención para reiterar el compromiso de la península ibérica con la cooperación de la comunidad, garantizando así las previsiones de las aportaciones para los próximos años. “El gobierno español no se resigna a que 200 millones de personas vivan en condiciones de pobreza en América Latina”, señaló en su promesa de no recortar la ayuda al desarrollo, que además consideró de “aún mayor” en un momento “en que la coyuntura económica es compleja y difícil”.

Zapatero destacó que los países de Iberoamérica afrontan esta crisis en mejores condiciones. El que haya recibido el apoyo total de varios líderes iberoamericanos para que esté presente el 15 de noviembre en Washington, le hizo considerar todavía más que la voz de Iberoamérica tiene que hacerse presente en la toma de decisiones para reformar el sistema financiero internacional.

El jefe del ejecutivo español fue tajante en que se tenga en cuenta la nueva realidad geopolítica del mundo, para de esa forma acordar las reformas del sistema financiero y los grupos de decisión que impulsarán esos cambios. Es por eso que el presidente considera que el foro iberoamericano debería tener una voz de relevancia en modificaciones de reformas financieras que cree indispensables.

Aún así, José Luis Zapatero no pidió apoyo explícito al presidente brasileño, “Lula” da Silva, para participar en la Cumbre convocada por Bush. Grupo que además lidera Brasil. Ambos presidentes sostuvieron una reunión antes de que el brasileño partiera a Cuba. Su confianza (de Zapatero) está en acudir a la cita en Washington por medio de la “vía europea”, refiriéndose en que su confianza está en el presidente francés, Sarkozy, que además preside actualmente la UE. Según fuentes del Ejecutivo español, en la reunión que sostuvieron “Lula” y Zapatero, ambos coincidieron en la importancia que tiene la participación española, por medio de su mandatario, en la cita el 15 de noviembre. Además, concordaron en la necesidad de que sea productiva para la reforma del sistema financiero. Justamente, Celso Amorín, ministro de relaciones exteriores de Brasil, bajo indicaciones de Lula, habló con la representante de Comercio de Estados Unidos, Schawb, para solicitarle la presencia de España –y otros países ajenos al G-20- en la cita de Washington.

Sin embargo, el Ejecutivo de España insistió en que Zapatero no ha viajado a la Cumbre de San Salvador para solicitar apoyos de los mandatarios iberoamericanos. Las expectativas de acudir el 15 de noviembre siguen “exactamente igual”, según el Ejecutivo de la península. España sigue con su convencimiento de que “debe estar ahí.

Bachelet, incluso, le pidió al gobierno español que, en caso de estar ahí (en el G-20) defienda las propuestas de Chile. Junto al mandatario brasileño coincidieron en el análisis del impacto que está teniendo la crisis financiera en Latinoamérica, aunque esté mejor preparada por los altos índices de crecimiento registrados en los últimos años. Ambos mandatarios, y Zapatero, destacaron la necesidad de medidas globales.

Mantener el gasto social y las inversiones en obras públicas durante la crisis fue la apuesta de Lula. A lo que Zapatero explicó que justamente ésa es la política económica diseñada por su Gobierno.

Según fuentes del gobierno español, el encuentro entre los dos mandatarios se realizó con buen clima, dada la “cordialidad” de la relación de ambos mandatarios.


El origen de la crisis es el modelo Capitalista

Definitivamente, la crisis financiera acaparó el mayor tiempo en la discusión de los mandatarios. En los discursos de los presidentes de España, Argentina, Chile, Guatemala y Bolivia, los abusos del sistema financiero estuvo presente como principal causante de la crisis actual. Dichos discursos han girado más en el origen de la crisis, el neoliberalismo, el modelo capitalista, y menos en la propuesta de soluciones conjuntas.

Zapatero, así como su homóloga Bachelet, plantearon los mecanismos de control que se debe tener en el sistema financiero. Bachelet propone la regulación y la supervisión del sistema financiero.

Por su parte Zapatero anunció que “Nunca debió convertirse (el sistema financiero) en algo distinto, nunca debió permitirse que se abonara a una lógica diferente, retroalimentada por la especulación y por la codicia”; refiriéndose al papel “útil” que debería tener el sistema financiero.

Los representantes de Argentina, Bolivia, Chile y Guatemala insistieron en hablar del cambio de modelo económico; Brasil respaldó dicha propuesta agregando que no puede perderse la atención de la inversión pública.
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kichner, habló de la construcción de “nuevos paradigmas” y de la reconstrucción del papel de los organismos bilaterales.

El origen de la crisis financiera es el capitalismo, “hay que sepultarlo” pidió tajantemente el presidente Evo Morales. A la vez, sumado a la discusión de los modelos económicos, Evo también pidió la inclusión de la juventud indígena.