El gabinete de Presidencia del Gobierno preparó a conciencia la intervención de
José Luis Rodríguez Zapatero en el Parlamento Europeo para presentar las líneas maestras de los seis meses de presidencia europea con la idea de que habría algunos europarlamentarios iban a lanzar al presidente español algunas preguntas con una buena carga de dureza o de agresividad.
Pero los colaboradores del presidente comprobaron que se habían puesto la venda antes que la herida, y se llevaron una enorme sorpresa al comprobar que ninguno de los asuntos que le plantearon pusieron en apuros al jefe del Ejecutivo español: el pleno se desarrolló sin crispación de los bancos de los grupos de la eurocámara, incluidos los diputados españoles del PP, habitualmente muy críticos con la gestión de Zapatero, que estuvieron 'exquisitos'.
Tanto es así que el propio Zapatero, según han comentado fuentes de Moncloa a este diario, salió satisfecho del debate y sorprendido tanto por el tono utilizado por los parlamentarios como por el nivel de las preguntas que le realizaron.
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