www.diariocritico.com

Paz social a cualquier precio

miércoles 24 de febrero de 2010, 10:42h
Sorprende la escasa participación de los ciudadanos en esta ‘mani’ convocada por los sindicatos en contra de la posible reforma de las pensiones. Y digo sorprende, porque si es verdad que el asunto preocupara hondamente a la opinión pública, andaríamos como en Grecia o Francia. Hoy, el país heleno está cerrado a cal y canto: apagón informativo, apagón en los transportes, en las calles, en las administraciones. Francia, pero esto ya es tradición en el país de las rebeliones sociales, anda comunicando huelgas de funcionarios (cómo no), en la enseñanza y sus sindicatos anuncian semestre caliente. Hasta los pilotos alemanes, tan prusianos ellos, se han levantado en armas.

¿Y en España? Pues no se entiende muy bien la contradicción entre la crispación que aseguramos los medios de comunicación que existe en la calle, la repulsa que según los sindicatos vivimos los españoles ante las reformas laborales y económicas que se avecinan, y la respuesta real de la calle. En el suelo patrio, andamos más preocupados por reservar las vacaciones de Semana Santa –los hoteleros dicen que se recupera levemente el mercado del turismo, más por la vuelta del turista alemán y británico, cuyas economías sí están remontando algo-, cobrar el paro o alimentar a la generación Ni-ni (esa que ni estudia ni trabaja, pero cobra la paga de los papás y tiene coche).

Y es que en esto, el presidente del Gobierno, sí que se ha preocupado especialmente de que cualquier medida que pueda soliviantar al personal sea devuelta al cajón, aunque ello suponga enfrentarse a los ministros de su Gobierno: así se explica que la cacareada reforma de las pensiones pase a mejor vida y se aplace a 2012. O que se realmente la prolongación de subsidios y subvenciones varias, aunque ello suponga alimentar el aumento del gasto público sin que haya ingresos para compensarlo; como consecuencia el déficit (diferencias entre ingresos y gastos) del país sigue creciendo y la deuda (los préstamos que debemos y lo que tenemos que pedir en el extranjero) nos pone la cara roja en el exterior. O que la reforma laboral se desligue de las negociaciones semipúblicas con la oposición, a cargo del triunvirato Salgado-Blanco-Sebastián, mientras bancos, cajas, Banco de España, FMI, y empresarios piden a gritos hacer algo, pero ya, para recuperar empleo, que es la madre de todas las economías y las familias. Pero aquí, todavía no estamos para caceroladas.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios