En todo caso, la transformación de la entidad no supondría la desaparición de La Caixa como tal, sino que pasaría a operar de otra forma tras más de un siglo de historia.
Antes de publicarse la nota remitida al regulador en la que confirmaba que ultima su transformación para operar como un banco, la CNMV había decidido suspender la cotización de las acciones de Criteria y de los títulos de renta fija de La Caixa por "concurrir circunstancias que pudieran perturbar el normal desarrollo de las operaciones sobre los citados valores".
Según se desprende de la nota, la reorganización del grupo financiero pasa por agrupar en Criteria el negocio bancario de La Caixa y las diversas participaciones en otros bancos que tiene la caja catalana como el 14,9% que controla en Bank of East Asia, el 30% que tiene en el portugués BPI, o el 10% que maneja en el austriaco Erste o la alianza con Inbursa, el banco del magnate mexicano Carlos Slim.
A cambio, la caja de Barcelona incorporará en su cartera las inversiones en empresas no financieras que ahora están en poder de Criteria como Telefónica, Repsol, Gas Natural o Abertis; así como cobrará los dividendos que reparten estas compañías.
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