La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha retirado finalmente el lazo amarillo y otros símbolos en apoyo a los presos del procés soberanista de la fachada de la sede del Ayuntamiento. Era una exigencia de la Junta Electoral de cara a los comicios del 28 de abril en todo el país y aunque había reticencias al principio, optó por cumplir con la ley sobre todo tras los incidentes de la noche del miércoles al jueves.
El Ayuntamiento de la capital catalana explica en un comunicado oficial que ha solicitado un informe al secretario general del Ayuntamiento y su documento "constata la obligación de retirar la simbología y la obligación de la institución de hacerlo de forma inmediata". El consistorio barcelonés se había resistido a retirar los símbolos e incluso recolocó el lazo que los activistas habían quitado la madrugada del jueves por la fuerza.
La institución dirigida por Colau asegura que "quiere contribuir a generar un clima de debate electoral sereno y constructivo que se dé en el terreno de la política y no en el ámbito judicial".
La decisión no ha sentado muy bien en los partidos independentistas, que podrían ser aliados necesarios para Colau a partir del 26 de mayo, cuando haya elecciones municipales. El portavoz de Esquerra Republicana Gabriel Rufián ha llamado "cobarde" a Colau por retirar los símbolos. "El lazo amarillo no simboliza la independencia, no hace falta ser independentista para llevar un lazo amarillo, simplemente hace falta ser demócrata y estar en contra de la violación de los derechos civiles en Cataluña", sostuvo en La Noche en 24h de TVE.
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