Me parece una persona que domina el oficio de la política, que tiene una alta capacidad de comunicación y que afronta los problemas con decisión y con fuerza. Como todos los seres humanos, tendrá su lado oscuro, pero yo no entro en esos temas.

Son dos profesionales del periodismo de primera categoría, que conocen a fondo, posiblemente mejor que nadie, la situación de la abogacía española con sus virtudes y sus defectos. Ellos me propusieron escribir el libro y acepté por la confianza que tengo en su sentido de la objetividad y también su capacidad crítica.

El Papa Francisco me parece un personaje admirable que ha sido capaz de cambiar y mejorar la imagen de la Iglesia católica que estaba perdiendo credibilidad de forma alarmante. Va a ser una persona clave en el mundo y va a forzar a todos los estamentos a reflexionar a fondo su papel y su protagonismo en la sociedad actual.

La verdad es que no tengo una postura firme sobre este tema. Tiene que haber sin duda, y ya las hay, unas leyes que protejan a los animales. El dilema se plantea cuando esa protección pudiera desproteger derechos humanos.

Sinceramente no lo sé. Es posible que hubiera presiones políticas pero no tengo la menor prueba en ese sentido.

Es una pregunta llena de interés en la que no había pensado. Yo he respondido a lo que se me ha preguntado y no he eliminado ningún tema. Siempre queda algo por escribir pero en mi caso es ya muy poco. Tengo 80 años y además el pasado no me interesa en exceso.

Ese medio siglo de nuestra historia es realmente fascinante desde el punto de vista político, económico y especialmente sociológico. A quienes lo han vivido y también a quienes no lo han vivido les puede interesar un punto de vista más para completar su opinión o su sentimiento.

Según parece las conversaciones para llegar a este acuerdo han sido rotas y yo lo siento porque es una historia repetida. Psoe y PP tienen que asumir que si quieren recuperar la credibilidad perdida tendrán que demostrar que pueden llegar a pactos que favorezcan el interés nacional.

El problema es grave y es perfectamente comprensible que irrite a la ciudadanía. No quiero tranquilizar a nadie pero sí quiero insistir en que España no es el país más corrupto del mundo y que la corrupción que estamos viviendo en su gran mayoría procede de la colosal borrachera económica que vivió nuestro país como consecunecia de un crecimiento económico artificial. Lo importante ahora es transmitir el mensaje de que aunque sea tarde entre los medios de comunicación y el sistema judicial los que han cometido estos delitos han sido o van a ser sancionados. Los jóvenes especialmente tienen que recibir el mensaje inequívoco de que la corrupción no paga.

Primero reforzando la capcidad de la justicia con más medios materiales y tecnológicos, con más jueces y con una mayor especialización en estas materias. En segundo lugar poniendo en vigor rápidamente la Ley de Transparencia de tal forma que el ciudadano tenga un derecho absoluto a conocer todos los datos básicos de las instituciones públicas sin excepción alguna incluyendo desde luego a la Corona que ya ha aceptado sin reservas este principio. En tercer lugar, habrá que informar a la sociedad civil de las consecuencias de este fenómeno, de la gravedad del mismo y de la necesidad que tenemos todos de colaborar en un proceso de regeneración etíca.. Y habría sin duda más cosas pero es difícil resumirlas.

No veo la relación entre una cosa y otra. Necesitaría más claves.

Me remito a lo que he contestado antes y añado que me temo que no serán los últimos casos.

Claro que se puede hablar de una casta. Se puede hablar de todo. Es una palabra que acepta incluso interpretaciones positivas pero me imagino que la pregunta va en relación con la utilización de esta palabra por Pablo Iglesias y está claro que tiene una connotación política negativa muy clara.

Hay muchos países que tienen tasas judiciales para intentar evitar posibles abusos del sistema judicial pero está claro que estas tasas en ningún caso pueden suponer una restricción o una limitación al derecho de defensa. El nuevo ministro de Justicia parede dispuesto a reconsiderar el tema y yo confío en que se llegue pronto a un arreglo

Sinceramente no. Pienso al contrario que Podemos va a forzar a los partidos políticos clásicos a reaccionar de una manera rápida y convincente para adaptarse a las nuevas realidades. Está claro que el éxito de Podemos está relacionado con la baja credibilidad de los partidos tradicionales y que para recuperar esa credibilidad tendrán que actuar de una manera radicalmente distinta y llegar a aquellos pactos y consensos que favorezcan la sostenibilidad del sistema y la convivencia social. Lo pueden, lo deben y yo creo que lo acabarán haciendo.

Sinceramente no lo sé. Lo que sí sé es que antes de iniciar el proceso habría que garantizar un consenso generalizado tanto de los partidos políticos como de la opinión pública. Por descontado que se puede e incluso se debe reformar la Constitución pero sin abrir cajas de Pandora de forma irresponsable.

Sobre la corrupción ya hemos estado antes desde distintas perspectivas y también sobre la situación política. No tengo nada nuevo que añadir.

Reitereo lo que he dicho antes pero añado ahora que nadie crea que es una situación política peor que la del resto de los países europeos. Estamos sin duda mejor que todos los demás países del sur y tenemos problemas similares a los que tienen los demás países. Los problemas de credibilidad del estamento político son muy parecidos en casi todos los países.

En efecto no me ha extrañado la emergencia de Podemos pero antes de opinar sobre las cosas que dicen, tengo que conocer su programa y en estos momentos nadie lo conoce en concreto. Esa va a ser una prueba de fuego importante igual que lo ha sido la vertebración como partido político.

Ojalá fuera así. La verdad es que en estos momentos yo sería un peligro público. Como decía mi hermano Joaquín la gente se agruparía en los aeropuertos..

Además de pasar un rato muy agradable he constatado que la ciudadanía tiene muy claro cuáles son los problemas importantes y aunque lo diga de una forma más o menos clara lo que está exigiendo esa ciudadanía es un cambio radical de comportamiento a todos los estamentos decisivos y en especial al político. Que nadie piense que es exigencia, va a pasar. Un saludo muy cordial a todos. Solo quiero añadir que yo no estoy en condiciones de dar lecciones de ética a nadie y que yo también tengo mi lado oscuro.