En las últimas semanas se ha puesto de moda viralizar noticias falsas sobre lo mucho que pagan los trabajadores en España en impuestos sobre su sueldo total.
Incluso hubo una enganchada en el Congreso entre la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el diputado de Vox José María Figaredo, sobre este asunto.
La realidad es que, según ha explicado la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), en España es donde menos se pagan impuestos en comparación con las primeras economías y países del planeta.
En concreto, en España se destina a impuestos, de media, el 40,2% del salario bruto, es decir, la cantidad total que paga una empresa por nuestros servicios.
Esto es una media, por lo que quiere decir que no todos los trabajadores en España pagan ese 40,2%, sino que los que menos ganan o tienen contratos más inestables tienen menor presión fiscal que otros, dependiendo de los ingresos y otros condicionantes (edad, situación familiar...).
Sin embargo, no son sólo las principales economías del mundo las que nos superan, sino también otros como Bélgica (52,7%), Austria (47,2%), Finlandia (43,5%), Eslovenia (43,3%), Portugal (42,3%), Suecia (42,1%), Eslovaquia, Luexemburgo, Hungría o Letonia.
Principales economías europeas
Por supuesto, también pagan más en impuestos los ciudadanos de las principales economías europeas, como son Alemania, Francia e Italia. Los alemanes destinan el 47,9% de su salario bruto a impuestos, los franceses un 46,8% y los italianos, un 45,1%. Los 3 países tienen o han tenido recientemente gobiernos de corte liberal o conservador. Es el caso de Francia e Italia, y en Alemania, hasta 2021, lo ha tenido con Angela Merkel.
Coincide que entre los países que tienen mayor presión fiscal es donde el Estado del bienestar está más presente, con mejor percepción ciudadana de servicios públicos como la sanidad y la educación, entre otros.
Los que menos pagan
La media entre de los países de la OCDE es del 34,8%, y por debajo de España en esa media invertida en impuestos están países con economías liberales de sobra conocidas, como son los casos de Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Irlanda, Polonia, Canadá, Japón, Reino Unido o Estados Unidos, entre otros. Son países donde hay menos servicios públicos y su sanidad gratuita es casi inexistente, generando grandes costes para los ciudadanos.
Sorprende que en la cola de esta clasificación están naciones como Chile o México, donde apenas se pagan impuestos desde las rentas del trabajo.
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