Sistema universitario: revolución en la metodología y más capacidad de decisión para los estudiantes

La encuesta realizada esta primavera por la Asociación K60 Espacios de Educación Superior a más de 1.500 estudiantes universitarios de toda España refleja un panorama ambivalente, en el que por un lado existe un grado de satisfacción alto por la experiencia universitaria en su conjunto, y por otro una pretensión de que se produzcan profundos cambios en un sistema universitario que da signos de agotamiento.

El observatorio de la Asociación K60 Espacios de Educación Superior inició a primeros de año un ejercicio sobre cómo dar mayor visibilidad en el debate universitario al estudiantado. Los resultados de este estudio han sido expuestos este jueves en TeamLabs Madrid, de la mano de expertos y estudiantes que han recordado la relevancia de la transformación del sistema universitario. Alfonso González, presidente de la Asociación Espacios de Educación Superior, ha relatado las peculiaridades del informe 'La experiencia del estudiantado en el sistema universitario español 2023'. "Hay que entender que la universidad cumple su función social, pero es necesario que aborde profundas transformaciones tanto en lo digital como en la sostenibilidad", ha explicado. González ha insistido en la fuerza "esencial" que suponen los estudiantes para la Universidad: "Hay que plantear un cambio cultural de todos los actores".

Un reto, el de la transformación, que debe "soportarse sobre el papel del estudiante. Son la piel de la Universidad". Unos cambios en los que "consigan mayor capacidad de decisión". Pero en el transcurso de la presentación, que contó con la intervención de cuatro estudiantes, González planteó ir más allá: "El estudiantado tiene que ser considerado como creador de conocimiento y a través de su aprendizaje se transforma la sociedad".

Paloma Moruno, directora de TeamLabs/ Educación, puso sobre la mesa las competencias universitarias como líneas de desarrollo: "Necesitamos revolucionar metodológicamente la Universidad". En base a esta idea, Moruno ha recordado la necesidad de "transferir el conocimiento". En este sentido, los procesos de transformación y el nuevo rol de los docentes y universitarios permitirán poner en marcha el nuevo papel del aprendizaje.

Entre los datos del informe que ponen de manifiesto la voluntad de transformación de los estudiantes en relación con las universidades españolas destaca que la inmensa mayoría del estudiantado repetiría la titulación que está realizando, el 84 por ciento, dándose una proporción idéntica entre mujeres y hombres.

El 69 por ciento repetiría los mismos estudios u otros en la misma universidad en la que los está realizando; en el caso de estudiantes de la Universidad pública en un 63 por ciento y en privada en un 55 por ciento. Un 62 por ciento en grado y un 59 por ciento en máster. Un 63 por ciento en presencial y un 55 por ciento en on line. El 22 por ciento del estudiantado cambiaría de universidad y volvería a hacer la misma titulación. Estos porcentajes son del 19 por ciento en universidades públicas y del 32 por ciento en privadas.

"Volvería a repetir el grado", ha confesado Rëhá Bolekia Bueriberi, Kwanzaa Asociación Afrodescendiente Universitaria. Esta estudiante ha reconocido la "suerte" que ha tenido de poder estudiar en la Universidad Complutense: "He hecho vida y he dado con profesores que han estado atentos a nuestro futuro laboral y a nuestras dificultades. Eso es un privilegio". Aunque su experiencia universitaria ha sido "estupenda", confiesa que los alumnos deben "formar parte de las decisiones y conocer a las personas. Es necesario".

El estudio también destaca que la mayor demanda el estudiantado es disponer de más flexibilidad para compatibilizar el estudio con el trabajo u otras actividades, algo que piden tres de cada cuatro estudiantes (73 por ciento), el 70 por ciento en los hombres y el 76 por ciento en las mujeres. El porcentaje que comparte esta posición, tanto en universidades públicas y privadas como en grado y máster, es prácticamente idéntico. Este es uno de los puntos que han generado más discurso. Diego Gibanel Faro, presidente Consejo de Estudiante UAH, considera que existen "historias de injusticia porque no todos los estudiantes pueden implicarse como yo". Este joven ha estudiado filología hispánica y siente que su paso por la Universidad le ha permitido disfrutar, al igual que sus otros compañeros de debate, de la vida universitaria: "Es muy difícil cambiar las cosas de la noche a la mañana. Quizás debamos esforzarnos un poco más para que los estudiantes veamos las mejoras de forma tangible".

lba Lirón León, portavoz Consejo de Estudiantes UAM y Comisión Permanente de CEUNE, ha estudiado Matemáticas en la Universidad Autónoma de Madrid. "Vengo de una familia de profesores y nunca me ha faltado un libro en casa. El tener una posición cómoda permitió involucrarme en la Universidad y hacer vida en ella. No tuve presiones para sacar buena nota y conseguir una beca. No he tenido esas presiones", confiesa. Unas facilidades que se convierten en un "privilegio" en los tiempos que corren. "La incompatibilidad de horarios, trabajar y estudiar a la vez o sentirse poco animado para participar en la vida universitaria, así se sienten muchos alumnos", añade. Una sensación que no sintió esta estudiante, pero que no debe dejarse de lado: "La Universidad no está llegando a dónde tiene que llegar". Los cambios tienen que llegar para que los alumnos sientan que son parte de los estudios universitarios, más allá del concepto académico: "Al final se convierte en una carrera de resistencia a pesar de las trabas que encuentras. Pero poco a poco vamos percibiendo algunos cambios".

La orientación profesional es una asignatura pendiente en la vida universitaria. Los estudiantes valoran con un 2,5 sobre 5 la orientación profesional recibida. Menos de un cuarto del estudiantado declara haberla recibido, un 20 por ciento en el caso de las universidades públicas y un 42 por ciento en las privadas, un 23 por ciento en grado y un 28 por ciento en máster.

En los aspectos docentes, la encuesta pone de manifiesto que la mayoría de los estudiantes no acceden a tutorías con los profesores. El 12 por ciento del estudiantado utiliza a menudo las tutorías personalizadas, 9 por ciento en el caso del presencial y el 23 por ciento en el on line. El 51 por ciento recurre poco o nunca a las tutorías, 52 por ciento en pública y 36 por ciento en privada.

En el ámbito de las tecnologías digitales para el aprendizaje señalan los estudiantes que su uso está generalizado en los profesores universitarios. El 63 por ciento del profesorado utiliza de forma frecuente y pertinente este tipo de herramientas, un 73 por ciento en las universidades privadas y un 59 por ciento en las públicas. Menos del uno por ciento del estudiantado considera que no las utilizan nunca y un 6 por ciento que son pocos los profesores los que las utilizan.

Un aspecto que presenta un campo importante de mejora es el de las prácticas, en donde la mayoría de los estudiantes universitarios, más de dos tercios, no tienen a su alcance prácticas externas adecuadas y suficientes, tres de cada cuatro en el caso de los másteres. El 21 por ciento de los estudiantes de Humanidades, el 15 por ciento de los de Ciencias Sociales, el 12 por ciento de los de Ciencias no tiene oferta de prácticas frente al 8 por ciento de CC de la Salud o 6 por ciento de los de Ingeniería y Arquitectura. Este indicador llega al 24 por ciento de los estudiante on line. El 41 por ciento de los estudiantes de las universidades privadas y el del 29 por ciento de los de las públicas declaran tener prácticas adecuadas y accesibles.

Los estudiantes también son conscientes de la importancia que tiene su paso por la universidad para configurar su futuro como personas y profesionales, así como de la importancia social que tiene la universidad por lo que desean tener un mayor control sobre su función social y sus aprendizajes. Como Marta Fuentes Labrador, directora de Erasmus Student Network Spain. ESN. Tras estudiar Relaciones Internacionales en la URJC, "tuve claro que me quería ir de Erasmus". Una experiencia, en Turquía, que se convirtió en un aprendizaje no solo profesional, también personal. Y aunque no fue "fácil" conseguir una beca y hacer frente al "tremendo" choque cultural del país, "fue tremendamente maravilloso", reconoce. Fuentes Labrador considera imprescindible "la internacionalización de la educación". Y a esta petición suma otras: "Defender la democracia europea y los derechos para aquellas personas que no pueden acceder a la Universidad".