Han pasado 4 días desde el gran terremoto que ha asolado Myanmar (Birmania) y las esperanzas de encontrar más supervivientes se van desvaneciendo.
El último recuento oficial de fallecidos ha aumentado hasta los 2.719 y los heridos superan ya los 4.500.
El país estaba inmerso en una zona civil y en unas condiciones ya difíciles, por lo que el terremoto ha complicado gravemente la situación. Todavía hay muchas áreas donde no se ha podido acceder y numerosos edificios destruidos, por lo que la cifra real de víctimas sería mucho mayor.
Oficialmente hay 441 desaparecidos, pero dada la división del país, se teme que la cifra de afectados sea mucho más elevada. De hecho, el modelo de pronóstico del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) hay un 35% de posibilidades de que la cifra de fallecidos se encuentre entre los 10.000 y los 100.000.
El seísmo fue de 7,7 grados, el más fuerte del país en un siglo, por lo que la población ha quedado aterrada y muchos duermen a la intemperie por el miedo y las réplicas.
La división política del país complica todo
Y en medio de este desastre, se enfrenta la Junta Mlitar, que tomó el mando en 2021, con el Gobierno de Unidad Nacional, que actúa en la sombra.
Han acordado una tregua durante al menos 2 semanas para permitir la llegada de ayuda humanitaria y atención a las víctimas, pero la división y datos diferentes de cada bando dificulta todo.
La Junta Militar ha dado un número de afectados y víctimas oficiales mientras que el Ejecutivo en la sombra insiste en que las consecuencias son más graves y ha cifrado el número perjudicados en más de 8 millones.
En Tailandia, que también se sintió el terremoto, los fallecidos han ascendido a 20 y se sigue trabajando en el rescate de desaparecidos, que ronda los 70.
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