El incidente aún bajo investigación de la noche del jueves, en el que al parecer un hombre quería acuchillar a varios niños -o adolescentes, según distintas versiones-, sigue provocando disturbios en la capital irlandesa, Dublín.
Pocas horas después se especuló con que podría tratarse de un ataque terrorista islamista de un lobo solitario, y pese a que las autoridades no han confirmado tal extremo, las calles fueron tomadas por violentos.
La realidad es que la policía sigue afirmando que el atacante era un ciudadano irlandés que vive en el país desde hace 20 años y no se sospecha por ahora de ninguna motivación terrorista. Pero bastó que los rumores y las redes sociales hucieran el resto para prender la mecha. Sin embargo, se sigue afirmando que el autor del ataque fue un argelino que quiso matar a 3 niños.
Los protestantes son en su mayoría jóvenes de ideología de extrema derecha, que generaron graves incidentes callejeros, quemando mobiliario urbano y destrozando todo a su paso, enfrentándose a los antidisturbios policiales.
Además, pronto los altercados y la rabia fue a mayor y por segunda noche consecutiva, el viernes se pedía a gritos matar a musulmanes e inmigrantes, en una alarmante respuesta extremista. Lo más curioso es que el hombre que neutralizó al atacante del jueves era un inmigrante, brasileño, que trabaja en el reparto de comida a domicilio en una famosa cadena de entregas.
Las redes sociales se han llenado de vídeos incendiarios, nunca mejor dicho, con estos graves incidentes descontrolados, apoyados por la ultraderecha en España, avisando del peligro que supone la inmigración musulmana y pidiendo responder de la misma manera en nuestro país.
Las imágenes hablan por sí solas:
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