Cometer el crimen perfecto parece algo propio de una película de ficción. Pero conseguir el objetivo, sin ser pillado ni dejar pruebas, parece casi imposible. Y sin embargo, en el Condado de Orange (EEUU) alguien ha logrado hacerse con un gran botín sin que nadie descubra su identidad. Aunque, lo más llamativo no ha sido el robo, sino el método.
Como de película, un ladrón se vistió de buzo para robar un restaurante acuático de Disney:
Llegó nadando, se infiltró grafiteando las cámaras de seguridad para después llevarse $20 000 dólares y escapar buceando de la polícia. pic.twitter.com/ajx5jLkbrD
La persona, por el momento desconocida, atracó un restaurante en la Disney Springs, la zona de tiendas y restauración de Disney World, y se llevó entre 10.000 y 20.000 dólares en una noche. Sólo que ni se trataba de un local cualquiera ni la persona era un ladrón al uso. Y es que, el Paddlefish es un bar con forma de barco de vapor situado en un lago, por lo que el criminal llevó a cabo su plan vestido con un traje de buceo.
"Un hombre desconocido entró en el local fuera del horario comercial, se llevó algo de dinero en efectivo y se marchó", explicó el sheriff del condado. Todo sucedió durante la media noche del 15 de septiembre, cuándo un hombre nadó hasta el local con el traje de neopreno, entró en la oficina y les pidió a los trabajadores que le dieran el dinero.
Con gran rapidez, y sin hacer daño a los empleados, les ató para llevarse el dinero. Además, para evitar ser descubierto, tapó la cámara de seguridad con spray. Porque, a pesar del traje, a la hora de realizar el robo se tuvo que quitar el equipo de buceo. Aunque, no por ello fue identificado.
Los únicos datos sobre el sospechoso: la complexión y la altura
Por el momento la policía sigue investigando el caso en busca del culpable. Los únicos datos que se tienen sobre él es que se trata de un hombre delgado, de unos 1,78 metros de altura que vestía con ropa ajustada y un gorro azul. Porque a pesar de que sí que llegó a interactuar con los empleados, les pidió que cerraran los ojos y nunca llegaron a descubrir su identidad.