Mundial de Natación de Australia
Mengual aumenta su mito y sus medallas: ya cuatro
jueves 22 de marzo de 2007, 15:57h
La figura de Gemma Mengual crece y crece y crece y... Este jueves ha sumado su cuarta medalla en el Mundial de Natación de Austraila. Fue en l amodalidad de 'soló libre', donde la española obtuvo el bronce y aún le quedan trs pruebas más.
Quinta final para ella, cuatro medallas. Gemma Mengual sigue acaparando premios, esta vez fue el tercero en el sólo libre, en una prueba con un nivel altísimo que ganó la francesa Virginie Dedieu, que volvió a competir después de 16 meses alejada de las piscinas.
Mengual conquistó el bronce con 98 puntos, la rusa Natalia Ischenko, campeona en el ejercicio técnica, logró la plata con 98,500 y Dedieu fue nuevamente campeona mundial, con 99,500 puntos.
La española, que fue plata en el dúo técnico, ha sumado muchos esfuerzos pero también muchas alegrías. Su ejercicio estuvo muy bien ejecutado, a tenor de las puntuaciones, pero el nivel de la final era seguramente el mejor de la historia de la sincronizada.
Una coreografía enérgica y mucho sentimiento es lo que ofreció Mengual para firmar una actuación basada en un poema de Federico García Lorca. Una nana musicada por la portuguesa Dulce Pontes, que defendió con emoción.
En otras circunstancias, la sirena española seguramente hubiera optado incluso a la medalla de plata, pero el podio en la competición estaba reservada para superestrellas.
La francesa decidió retirarse tras el pasado Mundial de Montreal. Dijo que no le motivaba continuar compitiendo, a pesar de que era una coleccionista de medallas, pero ante la sorpresa general en noviembre pasado, Dedieu anunció su vuelta.
Su estado de forma era una incógnita pero la francesa ha vuelto a erigirse seguramente en la mejor nadadora de sincro de toda la historia. 99,500 sobre cien, una puntuación imposible, para un ejercicio prácticamente perfecto.
Emocionada, levantó los brazos en señal de agradecimiento por el título conquistado y, rompiendo el protocolo, se fundió en un abrazo con su pareja en las gradas. Era otra vez su última rutina, se ha prometido a sí misma dejar de nuevo la sincronizada y, con el título de arquitectura en el despacho de su casa, emprender una nueva aventura profesional.