www.diariocritico.com
La ballesta de Florentino

La ballesta de Florentino

lunes 15 de junio de 2009, 14:20h
   Los grandes negocios casi siempre se hacen en perjuicio de alguien. O de muchos. Ahí están, por ejemplo, los bancos, que amasan sus enormes beneficios a base de perjudicar a su propia clientela, o a los intermediarios agrarios, que estafan al cultivador del tomate y al que finalmente se lo come mediante el procedimiento de encarecerlo de manera monstruosa durante el instante fugaz en que pasa por sus manos. En el caso del fútbol, la perjudicada es la decencia.

   Desde el punto de vista del negocio, las inversiones de Florentino Pérez, aquél que dividía el fútbol, el mundo, en zidanes y pavones, pudieran ser enormemente rentables. Es más, seguro que habrán de serlo. Otra cosa, a lo mejor, no podría pedirse al tipo que construyó cuatro descomunales rascacielos en los terrenos, llenos de árboles y praderas, donde los niños pavones alimentaban activamente sus sueños de convertirse algún día en astros de su equipo, el Madrid. Ojo para el negocio, vis dineraria, no le faltan a Florentino, desde luego.

   Aunque nadie sabe con exactitud cuánto son ciento sesenta millones de euros, los que ha pagado por Kaká y Cristiano Ronaldo, y mucho menos traducirlos a pesetas, pocos dudan de que el melifluo potentado podrá convertirlos en trescientos o en quinientos sin apenas despeinarse, pero el asunto no es ese. El asunto es el de la decencia abatida por su ballesta de oro, el ave traspasada por cheques afilados que se pudre, muerta, en el asfalto. O dicho de otro modo: la existencia entre la depauperación general, entre la masa de cuatro millones de ciudadanos sin empleo, de un tío tan forrado, capaz de arrebatar a los equipos más ricos del mundo sus jugadores emblemáticos sin que los bancos, por lo demás, le pongan ningún pero al prestarle el pastón necesario para hacerlo. Qué buena suerte tiene Florentino. Y qué mala los niños pavones
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios