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Testimonio: Latinoamericanos ayudan a reconstruir la matanza en Virginia

Testimonio: Latinoamericanos ayudan a reconstruir la matanza en Virginia

miércoles 18 de abril de 2007, 10:23h
Estudiantes latinoamericanos revelaron a medios de prensa de sus países detalles desconocidos de la matanza en la Universidad Politécnica de Virginia, como el hecho de que el asesino preguntase a algunas de sus víctimas si sabían dónde estaba su novia antes de disparar.

"Los puso en línea (a los alumnos) y les preguntaba: ¿usted sabe dónde está mi novia? Luego les disparaba", contó a Radio W Sebastián Hoyos, un colombiano que se dirigía a clase cuando comenzó en el centro conocido como Virginia Tech la peor matanza registrada hasta ahora en una universidad de EE.UU., con 32 víctimas.

Hoyos, natural de Pereira, es uno de los estudiantes latinoamericanos de esa universidad que ha hecho declaraciones a los medios de sus países dando a conocer nuevos aspectos de la masacre, de la que todavía quedan muchas incógnitas por resolver y de la que en EE.UU. se está informando con cuentagotas.

Treinta y dos personas, entre ellas un peruano y un puertorriqueño, fueron abatidas a tiros por el surcoreano Cho Seung Hui, quien se quitó la vida después de que por motivos desconocidos se dedicará a convertir la universidad en un infierno.

"No nos imaginábamos que iba a ser tan tenaz. Poco a poco supimos que mataban a más y más gente. Nos contaron que había una clase que trató de bloquear la puerta para que el tipo no se metiera y él disparaba", agregó Hoyos.

El chileno Eduardo Arellano, que cursa un doctorado en Ciencias Forestales, dijo al diario El Mercurio que el segundo tiroteo lo sorprendió cuando iba a clase, tranquilizado por un email de la universidad que había recibido tras el primer incidente, en el que se le informaba que "todo estaba bajo control".

Su compatriota Pilar Jano, estudiante de una maestría en Economía, afirmó a Radio Cooperativa que hubo "negligencia" de las autoridades universitarias que no tomaron medidas en las dos horas que mediaron entre el primer y segundo tiroteo.

El mexicano Germán Montalvo
, que prepara el doctorado en ingeniería mecánica en Virginia Tech, cuestionó en el rotativo El Universal la actuación del presidente de la universidad, Charles Steger, preguntándose: "ahora ¿con qué cara va a hablar con los padres que le confiaron a sus hijos?, porque nosotros vivimos aquí, es como nuestra casa".

La argentina Laura Alstaedter, profesora de castellano, relató a Clarín que durante las horas de pánico que vivió junto a quince alumnos, algunos "se lanzaban bromas mientras otros espiaban agazapados junto a las ventanas".

Luego del segundo tiroteo en la zona conocida como "Norris Hall", ubicada cerca de donde Laura enseñaba, evacuaron por las dos escaleras traseras y ya en el exterior vieron las calles "saturadas de patrulleros, ambulancias y policías".

"Me encuentro bien pero consternado", sostuvo al diario Última Hora Bruno Rolando Vega, estudiante de arquitectura en Virginia Tech e hijo de paraguayos residentes hace 35 años en Estados Unidos.

El joven, que se ha reunido con sus compañeros para darse ánimo luego del "trágico momento", relató que varios de sus amigos perdieron la vida en la masacre y que él se encontraba encerrado en su habitación cuando se inició el tiroteo.

Hasta ahora se ha podido confirmar la muerte de dos estudiantes latinoamericanos: Juan Ramón Ortiz, de 26 años y natural de Bayamón (Puerto Rico) y el peruano Daniel Pérez Cueva, de 21.

Los nicaragüenses Gabriel Tellería y Jorge Torres
, en declaraciones al Canal 8 de la televisión local, aseguraron estar "asustados" por lo ocurrido y por el despliegue policial, porque desconocían en un inicio el motivo de la presencia de las fuerzas del orden.

La confusión en la Universidad Politécnica de Virginia era total ya que como lo indicó Sebastián Hoyos, "el hermano de una amiga tenía una radio que captaba la señal de la policía. Decían que supuestamente había dos tipos. No sabíamos qué estaba pasando. Los canales decían cada uno una cosa: dos muertos, 21, 38...".

Y es que una vez se conoció el hecho comenzó el vía crucis para los familiares y amigos de los estudiantes y profesores que buscaban a sus allegados sin obtener respuesta de las autoridades.

Tal es el caso de la familia de la boricua Bianca Guach, a quien creían muerta luego de recibir un impacto de bala en el costado izquierdo y una herida en la pierna derecha.

Su hermano Nelson, también estudiante de Virginia Tech, averiguó luego que en realidad ella se tendió en el suelo y "viró la cara para la entrada del salón para que la persona pensara que estaba muerta", explicó Marie Guach, prima de la joven a ENDI.COM.

La incertidumbre también se apoderó del músico argentino Miguel Benítez, quien indicó a Clarín que estaba muy preocupado porque aún no había podido ubicar a su ex esposa, la profesora de biología Mónica Dazini.
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