El No de Curahuara de Carangas
El rechazo de la población del municipio de Curahuara de Carangas – Oruro-, a convertirse en Entidad Autónoma Indígena Originaria Campesina hace parte del conjunto de señales electorales cuyo significado no puede minimizarse. Que uno de los municipios emblemáticos, no solo por su carácter predominantemente indígena sino por ser uno de los municipios rurales andinos más exitosos, haya votado a favor de conservar un modelo de gestión vigente – democrático y republicano- no indígena no es poca cosa.
De acuerdo a Rómulo Alconz, Alcalde de Curahuara, el rechazo de comunarios sería una reacción a formas de imposición ejercidas por algunas autoridades del lugar además de expresar una actitud colectiva que entiende el cambio autonómico como proceso gradual y consensuado. Lo cierto es que, con este resultado, la próxima elección de autoridades y futura gestión municipal tendrá como referencia la legislación contenida en el código electoral, en las leyes de Participación Popular y de Municipalidades además de aquellas reformas resultantes de un nuevo ordenamiento constitucional. Curahuara, municipio eminentemente indígena y andino, descartó la posibilidad de adaptarse a formas ancestrales de elección y organización de gobierno local.
Sin embargo, las razones anotadas no son suficientes para explicar este voto. Se ha señalado que la juventud y las mujeres jugaron un papel clave al dudar de los eventuales beneficios de un régimen municipal centrado en “usos y costumbres”. Habrían votado advertidos del riesgo que, prácticas machistas y resistentes a la innovación, significaría para la sostenibilidad de avances impulsados en años de gestión democrática municipal y de vigencia de la Participación Popular. En Curahuara, su población experimentó las ventajas de abrirse a las oportunidades del mundo global, al turismo y a múltiples iniciativas de desarrollo local. Su voto constituyó no solo un verdadero espaldarazo al esfuerzo persistente por rescatar lo mejor de la tradición y de la democracia representativa – liberal y colonial para el oficialismo - sino también el reconocimiento a la fusión creativa de mecanismos participativos e instrumentos administrativos, contables, financieros y de fiscalización modernos de gestión pública.
No se conoce aún cuán efectivos serán los mecanismos de gestión y fiscalización del autogobierno indígena por la que apostaron 11 municipios que participaron en la consulta del 6 de diciembre. Mientras unos idealizan y exaltan las promesas de más eficiencia y transparencia de lo indígena, otros señalan que, las formas propias y ancestrales de gobierno, serán buen pretexto para eludir controles que bloqueen prácticas discrecionales, corruptas y autoritarias propias de las deformaciones y excesos del comunitarismo colectivista.
Si bien solo Curahuara de Carangas se pronunció por el No, nadie duda de que este resultado constituye una señal que obliga a redimensionar las posibilidades reales de instalar con éxito formas de autogobierno ancestrales. Llamó la atención un comportamiento desigual y diverso del voto en otros municipios. Así como Tarabuco le dijo Si a la autonomía indígena con un contundente 90%; en otros, como Jesús de Machaka, Charagua y Chayanta los resultados fueron ajustados, siendo reflejo de fracturas socioculturales internas que tensionan a vecinos y comunarios en contextos urbanos y rurales de escasa población. Todo indica que la propuesta comunitarista indígena encontrará en estos espacios municipales una oportunidad de demostrar sus ventajas sin descartar que la misma realidad se encargue de desahuciar, estructuralmente, su viabilidad dada una pluralidad sociocultural incompatible a modelos de gobierno indígenas puros u homogenizantes de la realidad municipal.
La cuestión indígena : cifras y señales electorales
Confirmada la victoria electoral del MAS la atención mediática y política coloca la mira en la próxima cita electoral subnacional a realizarse en abril. Esto ocurre cuando aún no se agota el análisis de la rica, variada e inédita información recogida el pasado 6 de diciembre. En efecto, no hay duda de que la representación política de la futura Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) sorprende y sorprenderá por varias razones.
Una primera se refiere a la presencia de un 30% de asambleistas mujeres, destacando el histórico incremento porcentual de 3% al 46% de mujeres titulares electas en el Senado quienes modificarán radicalmente el mosaico de la representación de la Cámara Alta. Ello es notable, el súbito incremento de una a 17 senadoras no es poca cosa. Es un hecho que revertirá el inevitable sentimiento de aislamiento y soledad que, de tanto en tanto, invadía a las 9 Senadoras titulares electas durante del primeros 25 años de democracia.
Lo que sí fue nuevo ha sido la elección no solo de siete diputados indígenas especiales sino también la respuesta diversa a la consulta ciudadana sobre la adopción de la condición de Autonomía Indígena Originaria Campesina realizada en 12 municipios del país. El análisis de la cuestión indígena, expresada en las cifras de la inclusión, participación y orientación del voto de la gente; ha dejado mucha tela y varios mitos que recortar.
Un primer dato que llama la atención es la reducida participación de electores habilitados para la votación en las circunscripciones indígenas especiales. De un total de 90.952 electores originalmente previstos en siete departamentos que contaban con una circunscripción especial indígena emitieron su voto menos de la mitad (49.2%) siendo válidos los votos de apenas el 35.3 %. La brecha existente entre la expectativa de participación y cantidad efectiva de votantes es significativa. Este ausentismo constituye una señal por demás llamativa, mas aún considerando que, en la misma jornada electoral y para la elección presidencial y de los nuevos parlamentarios de la democracia representativa la concurrencia de electores fue extraordinaria ¡superó el 94%!
Este ausentismo ¿no será reflejo de una resistencia pasiva o indiferencia a una propuesta de representación indígena que más parece ser una construcción discursiva etnocéntrica forzada de cúpulas políticas e intelectuales divorciada del sentimiento de las verdaderas bases indígenas? Todo indica que las siete circunscripciones especiales son suficientes para representar los intereses y demandas agregadas de estos pueblos hoy reconocidos, debiendo repensarse la posibilidad de ampliar el numero de escaños a 15 o mas para pueblos cuyas poblaciones no superan los 2000 habitantes. Es el caso de Cochabamba cuya circunscripción indígena – Yuqui/Yuracaré- cuenta con 518 electores, o el caso particular de Pando con 1.859, de los cuales votaron 1361, arrojando un resultado favorable al binomio Manfred- Leo. ¡ Qué paradoja!.
La desigual representación no debe subestimarse. Mientras un diputado especial representa a menos de 2000 electores, un diputado uninominal en el eje urbano de ciudades del eje representa a más de 115.000. La búsqueda de equidad política bajo el enfoque de la “discriminación positiva” debe calibrarse. Dicho de otro modo, la inclusión de los excluidos debe evitar otras formas de discriminación tales como la subrepresentación de poblaciones urbanas subrepresentadas. Es cuestión de equidad, de pulverizar mitos y otros prejuicios alejados de todo principio de realidad.
Circunscripciones Electorales Especiales.
Confirmada la victoria electoral del MAS la atención mediática y política coloca la mira en la próxima cita electoral subnacional a realizarse en abril. Esto ocurre cuando aún no se agota el análisis de la rica, variada e inédita información recogida el pasado 6 de diciembre. En efecto, no hay duda de que la representación política de la futura Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) sorprende y sorprenderá por varias razones.
Una primera se refiere a la presencia de un 30% de asambleistas mujeres, destacando el histórico incremento porcentual de 3% al 46% de mujeres titulares electas en el Senado quienes modificarán radicalmente el mosaico de la representación de la Cámara Alta. Ello es notable, el súbito incremento de una a 17 senadoras no es poca cosa. Es un hecho que revertirá el inevitable sentimiento de aislamiento y soledad que, de tanto en tanto, invadía a las 9 Senadoras titulares electas durante del primeros 25 años de democracia.
Lo que sí fue nuevo ha sido la elección no solo de siete diputados indígenas especiales sino también la respuesta diversa a la consulta ciudadana sobre la adopción de la condición de Autonomía Indígena Originaria Campesina realizada en 12 municipios del país. El análisis de la cuestión indígena, expresada en las cifras de la inclusión, participación y orientación del voto de la gente; ha dejado mucha tela y varios mitos que recortar.
Un primer dato que llama la atención es la reducida participación de electores habilitados para la votación en las circunscripciones indígenas especiales. De un total de 90.952 electores originalmente previstos en siete departamentos que contaban con una circunscripción especial indígena emitieron su voto menos de la mitad (49.2%) siendo válidos los votos de apenas el 35.3 %. La brecha existente entre la expectativa de participación y cantidad efectiva de votantes es significativa. Este ausentismo constituye una señal por demás llamativa, mas aún considerando que, en la misma jornada electoral y para la elección presidencial y de los nuevos parlamentarios de la democracia representativa la concurrencia de electores fue extraordinaria ¡superó el 94%!
Este ausentismo ¿no será reflejo de una resistencia pasiva o indiferencia a una propuesta de representación indígena que más parece ser una construcción discursiva etnocéntrica forzada de cúpulas políticas e intelectuales divorciada del sentimiento de las verdaderas bases indígenas? Todo indica que las siete circunscripciones especiales son suficientes para representar los intereses y demandas agregadas de estos pueblos hoy reconocidos, debiendo repensarse la posibilidad de ampliar el numero de escaños a 15 o mas para pueblos cuyas poblaciones no superan los 2000 habitantes. Es el caso de Cochabamba cuya circunscripción indígena - Yuqui/Yuracaré- cuenta con 518 electores, o el caso particular de Pando con 1.859, de los cuales votaron 1361, arrojando un resultado favorable al binomio Manfred- Leo. ¡ Qué paradoja!.
La desigual representación no debe subestimarse. Mientras un diputado especial representa a menos de 2000 electores, un diputado uninominal en el eje urbano de ciudades del eje representa a más de 115.000. La búsqueda de equidad política bajo el enfoque de la "discriminación positiva" debe calibrarse. Dicho de otro modo, la inclusión de los excluidos debe evitar otras formas de discriminación tales como la subrepresentación de poblaciones urbanas subrepresentadas. Es cuestión de equidad, de pulverizar mitos y otros prejuicios alejados de todo principio de realidad.
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