El reajuste de Herrera, a punto de caramelo

A medida que se avecina el desenlace,  el “topillo” ha ido atando cabos y puede avanzar, no sin cautelas, los márgenes en los que se mueve la crisis, remodelación o reajuste (cada cual elija el término) que se dispone a aplicar el presidente de la Junta. No espere el admirado compañero José Luis Guerrero ningún “scoop”, por otra parte imposible cuando a estas horas probablemente queden flecos por cortar y ni siquiera los damnificados tengan la confirmación oficial  de la mala nueva.

Vayamos por partes.  Para empezar, que nadie se impaciente. Aunque el  reajuste está a punto de caramelo, lo lógico es que no se conozca hasta después del Debate sobre el estado de la Comunidad, que comienza este mediodía y prosigue hasta el jueves. Por una razón elemental.  Puesto que va a afectar a más de un Consejero de los doce que componen el actual  Gobierno de Juan Vicente Herrera,  resulta descabellado pensar que el presidente vaya a hacer públicos los ceses con los afectados de cuerpo presente sentados en el banco azul. Lo razonable es que la reunión semanal del Consejo de Gobierno  se celebre este jueves con su actual composición.

En consecuencia,  dentro del plan de austeridad emprendido por la Junta,  Herrera anunciará durante el Debate su decisión de “comprimir” el organigrama de gobierno, reduciendo en un porcentaje muy significativo -entre un 20 y un 25 por ciento- el centenar de altos cargos que actualmente lo integran, pero el presidente en ningún caso precisará de que Consejeros va a prescindir. El “topillo” da como hecho que una de las sacrificadas será Isabel Alonso, cuya Consejería,  Administración Autonómica, será absorbida seguramente por la de Hacienda. También parece cosa hecha la fusión de las Consejerías de Educación y Cultura, que pasarían a tener como titular única a María José Salgueiro, cuya supervivencia está garantizada. 

No ve tan claro el “topillo” que se confirme la otra fusión que sería lógica y razonable, la de Agricultura y Medio Ambiente. El motivo es que, visto el contraste que presenta la gestión de ambas Consejerías, la sacrificada forzosamente habría de ser María Jesús Ruiz, que a fecha de hoy sigue siendo la vicepresidenta primera de la Junta. El “topillo” cree que Herrera no llegará tan lejos e “indultará” a Ruiz y con ella a su Consejería, si bien es posible que en el trance pierda el galón de vicepresidenta. (La desaparición de ambas vicepresidencias es otra de las medidas que está sobre la mesa).

Lo demás ya se ha contado aquí en días anteriores. Se amortizarán casi todas las Viceconsejerías (hay seis) y habrá entre 15 y 20 directores generales menos. Lo más probable es que los viceconsejeros cesantes, que no en vano lo son por ser de la máxima confianza de los Consejeros correspondientes, se hagan cargo de las direcciones generales más potentes subsistentes en cada Consejería. Por cierto, que la ocasión la pintan calva para que algunos Consejeros aprovechen la ocasión para sacudirse de encima a algunos directores generales “heredados” de etapas anteriores con los que nunca han congeniado. (Llegado el caso, el “topillo” les contará).

Una última cosa. Como comodín a disposición de Herrera para recolocar a uno de los posibles damnificados está la vacante dejada en su día por Jesús Quijano en el Consejo Consultivo de Castilla y León, cuya provisión corresponde directamente a la Junta. Y esto es lo que hay. El “topillo” es consciente de que no ha conseguido llegar al nivel demandado por el colega José Luis Guerrero, pero modestamente lo ha intentado. Que no es poco.