El Oktoberfest de Múnich, la más multitudinaria fiesta de la cerveza del mundo, que se celebra desde el pasado día 20 de septiembre, permaneció cerrado este miércoles hasta las 17:30 horas por el hallazgo de una carta amenazante y tras un explosión en una casa de un vecindario de la ciudad, según informó el alcalde de la ciudad alemana, Dieter Reiter.
Reiter declaró que no se podía "correr el riesgo de abrir el Oktoberfest" debido al hallazgo de una carta que había que tomarse en serio y que obligó a cerrar e inspeccionar el recinto de la Theresienwiese, que acoge una fiesta que visitan cada día decenas de miles de alemanes y turistas.
Al menos 25 perros adiestrados en la detección de explosivos de toda Baviera rastrearon cada rincón del recinto y se activó a los 600 agentes que trabajan en el Oktoberfest, además de policías federales y 150 policías bávaros adicionales. La Policía ha informado de que "no se ha encontrado nada sospechoso relacionado con el escenario de amenaza".
Todo comenzó de madrugada con una explosión en un edificio de un barrio en el norte de la ciudad alemana. El cuerpo de bomberos fie alertado de un incendio en Lerchenau, en el norte de la capital bávara. Poco después también se recibieron informes de ruidos de explosiones y la Policía acudió al lugar.
2 muertos y 2 heridos
Las primeras investigaciones apuntan a que un hombre de 57 años y de nacionalidad alemana inició en casa de sus padres un "incendio en el marco de una disputa familiar" por una discusión. El hombre tras agredir a su familia, pese a no contar con permisos de armas ni de explosivos, se suicidó a continuación cerca de un lago. Llevaba consigo una mochila con un dispositivo que tuvo que ser desactivado.
Durante el incidente en la vivienda, al menos otra persona, el padre del sospechoso, resultó muerta y otras 2 personas resultaron heridas y fueron llevadas a un hospital: la madre del sospechoso, de 81 años, y la hija, de 21 años, de nacionalidad germano-brasileña.
De acuerdo con el comunicado policial, se encontró cerca del lugar de los hechos un escrito redactado por el sospechoso que contenía una amenaza de explosivos no específica relacionada con el Oktoberfest, por lo que se decidió cerrar e inspeccionar el recinto.
La Policía desplegó una importante operación con unidades especiales y expertos en desactivación de bombas que peinaron el lugar durante horas. El recinto volvió a abrir sus puertas al público a las 17:30 horas.
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