“Pues empezamos bien la Legislatura, con el presidente del Congreso elegido con más votos en blanco que a favor”. El comentario de un veterano cronista parlamentario recoge perfectamente lo ocurrido esta mañana en el arranque de la nueva legislatura, un Hemiciclo que más que de la diversidad es el de la discordia. Mientras Patxi López era elegido con el apoyo de su partido y de Ciudadanos, en los pasillos las negociaciones para formar gobierno seguían su curso, con PSOE y PP a la desesperada en defensa de sus tesis.
La mañana arrancó ya con Pedro Sánchez y Pablo Iglesias a la greña por la composición de la mesa del Congreso y el empeño de Podemos en tener cuatro grupos parlamentarios. Ellídermorado advertía al socialista que cada vez ve más lejos un acuerdo de gobierno entre ambos.
Ya terminadas las votaciones, el vicesecretario de comunicacon del PP, Pablo Casado, explicaba en un corrillo con periodistas que su problema es que no tienen interlocutor con el PSOE, pero que su partido está abierto a cambios tanto constitucionales como institucionales.
Sánchez, sin embargo, ya había reiterado una vez más esta mañana que no facilitará un nuevo gobierno de Rajoy. ”Con Rajoy, no”, ha insistido sin ir más lejos, dejando una puerta abierta a otras posibilidades.
Para terminar de confundir al personal, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, lo primero que ha dicho nada más salir elegido Patxi López es que, si llegase a gobernar el PSOE, tendrá que dimitir como presidente del Congreso.
Se supone que es uno de los puntos del acuerdo entre ambos partidos que también se puede interpretar como un indicio de que podría darse una entente rojo-naranja para ocupar La Moncloa.
Si (
No(
