Pasaban los años 2015 y 2016 y parecía que Podemos y Ciudadanos, con Pablo Iglesias y Albert Rivera a la cabeza, se iban a comer el mundo.
Se pensaba que eran además una amenaza para el bipartidismo clásico, representado por PSOE y PP, y que eran serias alternativa como líderes nacionales.
Tras las elecciones autonómicas y municipales de este domingo, 28 de mayo, ambos han perdido todo su poder a nivel nacional.
La situación de Ciudadanos
Por supuesto que mucho peor es el panorama para los naranjas. Ciudadanos no ha logrado representación alguna en ninguno de los 12 parlamentos autonómicos donde había elecciones y ya sólo le queda, a nivel testimonial, el único diputado logrado en 2022 en el adelanto electoral de Castilla y León.
A nivel municipal, en Madrid, donde todavía eran fuertes con la vicealcaldesa Begoña Villacís, se quedan también sin concejales. Pierden alcaldes como Mario Simón en Palencia y Eva Masías en Ciudad Real y se quedan fuera de las grandes ciudades.
Con Inés Arrimadas ya apartada de cargos orgánicos y con el único objetivo de acabar la legislatura en el Congreso con tono de despedida, lo más esperable es que Ciudadanos acabe echando el telón a largo de 2024 y los próximos años, como le ocurrió a UPyD, el partido de Rosa Díez, que aspiró a ser una formación de peso.
La crisis de Podemos
Como decíamos, algo mejor están los morados, que no es lo mismo que estar bien. Su gran mazazo, sin duda, ha sido quedarse fuera de las instituciones madrileñas. En la Asamblea de Madrid no han llegado ni al 5% necesario para tener la más mínima representación. De nuevo, siguen fuera del Ayuntamiento de la capital, y han perdido fuerza en el resto de municipios de la región, salvo alguna contada excepción, como Alcorcón.
Además, en clave autonómica, Podemos sigue fuera de Castilla-La Mancha y Cantabria, y se queda sin escaños en Les Cortes valencianas o Canarias.
Su único consuelo es mejorar números en Navarra y ser fundamental para el próximo gobierno asturiano.
Y sin duda que el gran tema es la desunión de la izquierda, justo lo que quería evitar Yolanda Díaz con Sumar y que se ha incrementado en los últimos tiempos. El electorado de izquierdas ha castigado esa actitud y ahora su futuro a nivel nacional está en entredicho, sobre todo para los morados. Ione Belarra no ha conseguido mantener el viejo nivel de Pablo Iglesias y toca reflexionar.
Nadie descarta ahora que, como movimiento estratégico, Pedro Sánchez decida renovar su gobierno y no cuente ya con ningún ministro de Podemos, aunque le suponga perder sus apoyos parlamentarios, consistentes en 35 diputados (33, si tenemos en cuenta las bajas).
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