La bajada de humos para el independentismo catalán: puede que ni todos sus partidos juntos sumen mayoría absoluta

El procés soberanista de 2016-2017 ha quedado ya muy lejos y, por segunda vez consecutiva, las elecciones catalanas las podría ganar el PSC, dejando atrás a ERC y Junts.

Ni ley de amnistía, ni indultos ni el posible regreso de Carles Puigdemont ha movilizado a la ciudadanía catalana a tener intención de voto independentista, a tenor de las recientes encuestas para las elecciones del 12 de mayo.

Los datos

Ahora mismo, según reveló el CEO (Centro de Estudios de Opinión) en su estudio preelectoral de ayer viernes, el PSC se afianza como posible ganador de los comicios catalanes y Salvador Illa vencería con entre el 28% y 33% de los votos y 40-47 escaños. Supone mejorar de manera notable ya que actualmente tiene 33 diputados en el Parlament.

En cuanto al voto soberanista, Esquerra Republicana (ERC) ganaría el pulso a Carles Puigdemont y Junts para ser la primera fuerza. Los de Pere Aragonès serían segundos en intención de voto (20%-24%) y obtendrían entre 31-37 escaños. Ahora tenían 33.

Por su parte, la candidatura de 'Junts + Puigdemont per Catalunya' alcanzaría los 28-34 diputados, posiblemente bajando desde sus actuales 32, y obteniendo el 18%-22% de los apoyos.

Más atrás quedaría la izquierda radical de la CUP con 4-8 escaños (ahora tiene 9), mientras que se confirma que debutaría la ultraderecha nacionalista de Aliança Catalana con 0-2 escaños.

Bajada de humos

El independentismo catalán afronta un claro descenso de apoyos, ya que con estos datos, en el mejor de los casos, todos los partidos que podría aliarse (ERC, Junts y CUP) llegarían a unos 79 escaños, superando, sí es cierto, los 68 que son necesarios para tener mayoría absoluta en el Parlament de Barcelona.

Pero en el tramo bajo de estimación de escaños, llegarían todos ellos a reunir sólo 63, sin llegar a esos 68. Se da por hecho que no incluirían jamás a Aliança Catalana en un posible pacto, el nuevo partido que irrumpe en los sondeos, y que representa a la ultraderecha nacionalista, xenófoba y excluyente. Tampoco está claro que puedan añadir a sus cuentas a la CUP, que pese a que apoyó el gobierno de Puigdemont en 2016, hoy en día no está clara su posición.

Pactos imposibles

Otra cosa es cómo pactarán los partidos tras el 12-M. Porque no está nada claro. Construir un gobierno se complica en Cataluña.

Ningún partido por si solo podría hacerlo, así que las alianzas serán clave para llegar a la presidencia.

Puigdemont sólo podría volver a ser president si ERC lo apoya, como hiciera durante el procés soberanista, algo que se considera muy complicado por el estado actual de las relaciones entre ambos partidos. Sería la única fórmula soberanista posible, salvo que ocurra lo contrario: que, de nuevo Junts, apoye un president republicano, como al actual Pere Aragonès. Difícil también, porque dejaron de hacerlo justamente a mitad de esta legislatura, de ahí el adelanto electoral después de que el Govern en solitario no pudiera aprobar Presupuestos sólo con el PSC como aliado.

Por su parte, el socialista Salvador Illa, previsible ganador, sólo podría llegar al Govern si lo apoya ERC, ya que no llega a 68 escaños ni con los 'comunes'+Sumar y otras posibles fuerzas

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