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El bipartidismo PP-PSOE se frota las manos ante las crisis de Ciudadanos y Podemos
(Foto: Cs)

El bipartidismo PP-PSOE se frota las manos ante las crisis de Ciudadanos y Podemos

> La batalla interna contra Rivera en el partido naranja no ha hecho nada más que empezar
> Algunos dirigentes presionarán para que se apruebe la abstención en la investidura de Sánchez

martes 25 de junio de 2019, 08:47h

Los dos partidos hegemónicos, PP y PSOE, se frotan las manos ante la mejoría de su situación tras unos años difíciles donde algunos agoreros incluso predecían el fin de su reinado en la política nacional. Pero aunque en Génova aún tienen que reponerse de los malos resultados electorales de las generales, las crisis internas de Ciudadanos y Podemos hacen presagiar mejores tiempos para ellos.

El PSOE atravesó en 2016 su momento más duro. Se quedaba con 85 escaños en el Congreso, mínimo histórico, y meses después del intento de Pedro Sánchez por ser presidente éste acabó apuñalado por su propio partido. Aunque regresó pronto, no fue hasta las pasadas elecciones de abril cuando pudo respirar tras haber logrado llegar a Moncloa casi un año antes gracias a la primera moción de censura aprobada en nuestro país, la que acabó con Mariano Rajoy.

El PP, por su parte, es ahora cuando pasar por un tiempo delicado. Aunque se estrelló en las generales tocando fondo con 66 diputados, se ha recuperado en las autonómicas y municipales y ha aumentado distancias respecto a sus rivales dentro del mismo espectro ideológico, Ciudadanos y Vox. La escisión del ala ultraconservadora años antes, formando Vox y alcanzando éste mucho éxito durante 2018 y 2019, parece que poco a poco se va desinflando su poder.

Pero sobre todo ha sido la crisis interna estallada en Ciudadanos en los últimos días, ya definitiva este lunes con las 3 dimisiones de última hora -Toni Roldán, Javier Nart, y Juan Vázquez-, cuando el PP puede respirar aliviado. Los de Albert Rivera pasan por sus peores momentos desde que asaltara la política nacional con buenos resultados y, aunque presumen de 57 escaños en el Congreso y de que entrará en varios gobiernos autonómicos y que aumenta su poder municipal, va a tener que afrontar a partir de ahora un panorama complicado.

Igea, batallador

Francisco Igea, junto a Garicano (Foto: Cs)

Rivera ha visto cómo sus pactos con Vox y su giro a la derecha ha provocado que los sectores moderados, liberales y centristas del partido estén revueltos. Los 3 dimisionarios de ayer podría ser un aperitivo para próximas renuncias, pero es que además tiene a muchos dirigentes regionales enfadadados. En Castilla y León no olvidan el problema del presunto fraude en las primarias, cuando desde Madrid se quiso imponer a la tránsfuga del PP Silvia Clemente por encima del dirigente regional Francisco Igea.

De hecho, desde esa región se habla que Igea podría no haber dicho su última palabra en la crisis y podría entrar ahora en batalla contra Rivera, boicoteando el pacto para que allí gobiernen las 3 derechas. Igea desea desde hace meses gobernar junto al PSOE para regenerar la política castellano y leonesa y dar la espalda a un PP que lleva más de 3 décadas contrrolando las instituciones. Otras fuentes apuntan a que Igea incluso podría presentar batalla a la hora de exigir que el partido, a nivel nacional, se abstenga en la investidura de Pedro Sánchez.

Igea ha anunciado una rueda de prensa para este mediodía del martes y podría explicar novedades sobre las estrategias de Cs en Castilla y León, donde en teoría ya había un pacto para gobernar junto al PP, tras un acuerdo programático y de reparto de carteras.

Garicano, otro frente

Roldán, Rivera y Garicano (Foto: Cs)

También tiene ganas de pelea Luis Garicano, que aunque mantenía relaciones exquisitas con Rivera, su posición es similar a la del dimitido Toni Roldán: más economía y menos política de bloques. Garicano tiene como ventaja que irá a Europa, donde fue número uno en las listas de Ciudadanos en las elecciones de mayo, pero no sabe cómo vender los pactos nacionales con Vox cuando esté con sus futuros colegas de la UE.

Varios medios aseguran que la Ejecutiva de Ciudadanos fue ayer muy tensa, con Roldán dimitiendo y Garicano enfrentándose a Inés Arrimadas por actuar como una mera robot, repitiendo el argumentario del partido y sin ganas de debatir ideas. Rivera no se mueve y aunque intentarán moverle de su posición, todos tienen claro que es 'su' partido, como en el Podemos de Pablo Iglesias, y que la alternativa pasa por coger la puerta y marcharse. Mejor haciendo ruido, aunque manteniendo las formas, como hizo ayer Roldán.

También están frescas las cartas de dirigentes antiguos de Ciudadanos, como la de su confundador Francesc de Carreras, en la que se criticaba a Rivera por sus pactos con la ultraderecha y forzando al PSOE a pactar con los nacionalistas e independentistas por estrategias políticas para desgastar a los socialistas, pero no pensando en lo mejor para España. Eso por no hablar del incidente con Manuel Valls, con quien finalmente se rompieron relaciones por su apoyo a Ada Colau en Barcelona.

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