La ausencia de bolardos en las Ramblas de Barcelona en el momento del atentado ha sido objeto de polémica, a pesar de que el propio Ministerio del Interior aconsejó que se instalaran sólo de forma “provisional” durante las Navidades. Ahora, Generalitat y Ayuntamiento no descartan su uso de forma continuada, pero serán los técnicos en seguridad los que tengan la última palabra sobre su utilidad.
La Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona podrían instalar obstáculos fijos en algunas zonas de gran afluencia en la ciudad condal, pero se hará en base a “criterios técnicos”, tal y como ha reseñado el conseller de Interior, Joaquim Forn.
Forn ha insistido en que hasta ahora se han seguido los criterios de los expertos en seguridad sin que hubiera discrepancia alguna.
De hecho, Barcelona en Comú ha hecho público un documento en el que el Ministerio del Interior recomendaba el uso de bolardos u otros obstáculos móviles para su instalación de forma "provisional" durante las Navidades como se hizo en las grandes ciudades para evitar atropellos múltiples como los llevados a cabo en otras localidades europeas.
No obstante, a día de hoy, a raíz de los atentados podría modificarse la estrategia de seguridad.
"No descartamos nada, pero hay una comisión técnica que estudiará diferentes medidas", ha dicho Forn, que ha insistido en que "el blindaje de Las Ramblas lo único que hubiera hecho es trasladar la acción (terrorista) a otros lugares tan o más concurridos. Tal como estaba planteado el atentado (inicialmente, con explosivos), estos obstáculos no hubieran garantizado nada", sostuvo Forn en una rueda de prensa recogida por EFE.
A pesar de ello, Generalitat y Ayuntamiento han anunciado que sí instalarán obstáculos peatonales de tipo móvil; aumentarán la presencia policial de Mossos y Guardia Urbana, así como se estudiará la peatonalización de entornos de carácter simbólico.
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