Comienza este martes el debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo y la votación que tendrá lugar mañana miércoles, 27 de septiembre, no será positiva para el candidato.
Se espera que esa primera votación, en la que tiene que ganar por mayoría absoluta, sea una derrota por 178 votos en contra por 172 a favor.
Además, el viernes 29 se repetirá esa votación en una segunda oportunidad, en la que ya sólo será precisa una mayoría simple: tener más votos a favor que en contra, sin contar las posibles abstenciones.
En todo caso, ya se conocen las perspectivas de votos de cada partido que tiene representación parlamentaria tras las elecciones del 23 de julio. No se espera, salvo enorme sorpresa, ninguna abstención, por lo que todos los diputados se mojarán para apoyar o negar la investidura a Feijóo, sin medias tintas.
Éstas son las cuentas para el PP y Feijóo:
Votos a favor confirmados:
137 del PP
33 de Vox
1 de UPN (Unión del Pueblo Navarro)
1 de CCa (Coalición Canaria)
Total: 172
Votos en contra confirmados:
121 del PSOE
31 de Sumar
7 de ERC
7 de Junts
6 de EH Bildu
5 del PNV
1 del BNG
Total: 178
La vaga esperanza del PP
Ante la imposibilidad aritmética para ser investido presidente, la única esperanza para Feijóo pasa por alguna abstención (o apoyo) de algún diputado de otro grupo parlamentario.
El PP ha estado estas últimas semanas pidiendo que algún diputado socialista condene las políticas que quiere impulsar Pedro Sánchez en caso de que él sí consiga la presidencia. Dicho de otra manera, pide que preventivamente permita que el líder del PP salga investido, y así evite una legislatura en la que se aprobaría, posiblemente, una ley de amnistía para los independentistas catalanes.
No se esperan 'tránsfugas' desde el PSOE, por mucho que se alienten fantasmas del pasado, como el famoso 'tamayazo', que permitió en 2003 que no se pudiera investir presidente madrileño al socialista Rafael Simancas. Hubo que repetir elecciones y entonces arrasó el PP, en tiempos de Esperanza Aguirre.
¿Diputados tránsfugas?
Las palabras del presidente castellano-manchego, el socialista Emiliano García-Page, posicionándose claramente en contra de una posible amnistía, permitió que florecieran algunas especualaciones sobre que los diputados del PSOE de esa comunidad autónoma pudieran dar la sorpresa.
En esa región, en su conjunto por provincias, el PSOE obtuvo 8 escaños, por lo que habría margen de sobra para que, al menos 4 de ellos, se abstuvieran, siempre hipotéticamente, y permitieran a Feijóo ser investido presidente.
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