El Congreso de los Diputados vota este miércoles la prórroga del decreto de alarma y lo hará con polémica porque hasta 305 diputados (del total de 350) han solicitado el voto telemático por la crisis sanitaria del coronavirus.
El problema es que muchos ciudadanos, especialmente en Cataluña, han interpretado este hecho como una doble vara de medir recordando la sentencia de febrero de 2019 el Tribunal Constitucional que impidió la investidura telemática del ex president de la Generalitat huido en Bélgica, Carles Puigdemont.
Sin embargo, dicho fallo hacía referencia a dos asuntos: por un lado, la presencia del candidato a la investidura y, por otro, la asistencia de los diputados.
En el primer aspecto, la Justicia era firme: Puigdemont debía comparecer ante la cámara si pretendía ser reelegido. No obstante, en el segundo, abría la puerta a la excepción.
El ejercicio del cargo de diputado "ha de desarrollarse, como regla general, de forma personal y presencial", explicaba el Tribunal Constitucional.
En este caso, la idea de la votación telemática mayoritaria para evitar aglomeraciones que pudiesen favorecer la propagación del coronavirus partió de la propia presidenta del Congreso, Meritxell Batet.
Ciudadanos quiso ir un paso más allá y propuso que incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareciera de este modo. No obstante, dicha pretensión se rechazó porque no lo permite el reglamento del Congreso.
De esta manera, finalmente, además de una representación de la Mesa y de los oradores de los grupos parlamentarios que vayan a tomar la palabra, como propuso Batet, alrededor de otros 40 diputados asistirán a la sesión que aprobará la prórroga del estado de alarma -pese a la previsible abstención de ERC y JxCat- y otros cinco decretos leyes (tres de medidas económicas frente al COVID-19; ayudas al campo y a la derogación del despido por bajas justificadas).
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