La compañía aérea Vueling ha desalojado este miércoles a un grupo de 52 pasajeros franceses que viajaban a París desde el aeropuerto de Valencia.
Desde la aerolínea, han informado que estos pasajeros -44 menores y 8 monitores- presentaban un "comportamiento conflictivo", lo que ponía "en riesgo el desarrollo seguro del vuelo".
Los tripulantes son adolescentes judíos de nacionalidad francesa que antes del despegue han comenzado a cantar canciones en hebreo, según ha explicado en sus redes sociales el ministro israelí de la Diáspora y Lucha contra el Antisemitismo, Amichai Chikli.
La aerolínea ha negado que el desalojo se haya debido a la acusación de que Israel es un "estado terrorista", lo que Chikli ha expuesto como razón del desembarco.
Desde la Guardia Civil, han señalado que los menores han montado tal "alboroto", lo que ha llevado al piloto del avión a salir de la cabina para descubrir qué sucedía. El piloto les ha advertido de si no paraban de molestar, tendría que desalojar al grupo del avión.
En la terminal, el grupo ha seguido con su comportamiento conflictivo y la Guardia Civil se ha visto obligada a intervenir. De hecho, ha esposado a una de las monitoras para que depusiera su actitud, pero no ha sido finalmente detenida.
El grupo adoptó una "actitud altamente conflictiva"
Por su parte, Vueling ha expresado en un comunicado que la actuación de su personal a bordo ha respondido "exclusivamente a un comportamiento que comprometía la integridad del vuelo, así como la seguridad de los pasajeros y de la operativa en su conjunto".
El grupo de pasajeros adolescentes ha adoptado una "actitud altamente conflictiva, poniendo en riesgo el desarrollo seguro del vuelo".
Además, ha manipulado "de forma indebida material de emergencia" y ha interrumpido "activamente la demostración obligatoria de seguridad, omitiendo reiteradamente las instrucciones del personal de cabina".
Desde la aerolínea han añadido que si bien les llamaron la atención, "la conducta inapropiada persistió".
Esto "obligó a la activación inmediata de los protocolos de seguridad establecidos", por ello la tripulación "solicitó la intervención de la Guardia Civil, que, tras evaluar la situación, procedió al desembarque del grupo para priorizar la seguridad del resto de pasajeros".
Una vez en la terminal, el comportamiento del grupo continuó siendo agresivo, e incluso "algunos individuos mostraron una actitud violenta frente a las autoridades".
La compañía niega "de forma rotunda cualquier afirmación que relacione la decisión" de su tripulación con "la expresión religiosa de los pasajeros involucrados", la cual respeta.
Desde Vueling insisten en que la decisión del desembarque fue "tomada única y exclusivamente para garantizar la seguridad de todos los pasajeros".
"En Vueling rechazamos categóricamente cualquier forma de discriminación sin excepciones", sostiene la compañía.
Además, lamentan lo ocurrido y agradecen "el apoyo y la comprensión de los pasajeros que se vieron afectados por esta situación".
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