Casado quiere resistir, pero dirigentes y barones territoriales ya planifican el futuro PP sin él

El actual presidente del PP, Pablo Casado, ya es historia para gran parte de la militancia, dirigentes y barones territoriales del partido.

Ayer el todavía líder 'popular' quiso resistir, no dimitió y sólo anunció una Junta Directiva Nacional del PP el próximo lunes, que podría poner fecha a un futuro congreso del partido.

Apenas hace semanas grandes nombres del pasado del partido y líderes internacionales apoyaban a Casado como futuro presidente del Gobierno, pero hoy ya no queda nada de eso tras el escándalo del espionaje a las gestiones de Isabel Díaz Ayuso, la favorita de las bases.

Por todo ello, dirigentes y barones territoriales ya planifican el futuro PP sin él. El primero que podría darle la espalda sería el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, quien está meditando dejar la portavocía nacional del partido para centrarse en su labor de regidor de la capital.

Almeida no quiere continuar en una situación de fuego cruzado entre Ayuso y Casado, sobre todo porque sabe que saldría perdiendo si es fiel a la actual cúpula de Génova.

De hecho, ya son muchos los que saben que prometer fidelidad a Casado es apostar por caballo perdedor. Se mantiene la calma de manera generalizada, pero cuando toque pronunciarse, la postura mayoritaria estará clara: Casado ya no tiene fuerzas para continuar ni proyección como para aspirar a la presidencia del Gobierno. Ayuso es una alternativa y Alberto Núñez Feijóo podría ser una solución intermedia de emergencia para preparar el futuro.

Junta Directiva Nacional

La clave sera el próximo lunes, 28 de febrero, con la reunión de la Junta Directiva Nacional. En estos días, varios barones territoriales y dirigentes importantes recabarán apoyos de alternativas a Casado y según transcurran estas jornadas de espera, podrían exigirle la dimisión a Casado para la cita crucial.

Aunque Casado quiera resistir contra viento y marea, tendrá que afrontar el panorama de apoyos que tenga delante. Si la mayoría le pide hacerse a un lado y sostenerse en Feijóo hasta que se celebre un nuevo congreso y se vote al futuro presidente, difícilmente Casado podrá hacer otra cosa que no sea acatar esa voluntad general.

También sabe Casado que, en cualquier caso, difíclmente podrá sostener a Teodoro García Egea por más tiempo en la secretaría general y que tendrá que ser una pieza que sacrificar para ganar tiempo. O, quizás, se especula, Casado afronte la situación de minoría y se marche junto a todos sus fieles.