El duelo Sánchez-Iglesias en el Congreso constata la ruptura entre PSOE y Podemos

Tras el fracaso de la reunión de los equipos negociadores del PSOE y Podemos, los líderes de ambas formaciones, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se han enfrentado en el Congreso en la primera sesión de control de la legislatura al Ejecutivo en funciones. Cuando faltan menos de dos semanas para que termine el plazo para la investidura del presidente del Gobierno, el cruce de reproches entre Sánchez e Iglesias ha constatado la ruptura entre ambas formaciones, cuyo acuerdo se antoja poco probable.

Frente a una derecha que se da la mano, se presenta una izquierda dividida e irreconciliable. Es lo que se ha constatado tras las citas electorales de abril y mayo, ya que en estos cinco meses, las negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos han sido un fracaso. Si en julio parecía que la investidura podía llegar a través de la oferta de última hora de Ferraz a los 'morados', ahora el acuerdo parece imposible.

PSOE y Podemos se han instalado en sus posiciones y se niegan a ceder en favor del acuerdo para desbloquear la situación política, y lejos de tratar de acercarse, no dejan de cruzar acusaciones y reproches. Pedro Sánchez ha dicho que no habrá ofertas de última hora y que el Gobierno de coalición queda descartado, porque según ha recriminado al líder de Podemos, "su entrada en el Gobierno no quiere unir fuerzas sino controlarnos porque dice que no se fía de nosotros".

Sánchez descarta 'mirar' a Italia como le pide el líder de Podemos y se escuda en que no siempre la coalición es sinónimo de estabilidad, al tiempo que le pregunta a Iglesias que pasará dentro de un año con ese Ejecutivo.

Iglesias le insta a reflexionar y dejar de culpar "a los demás" del bloqueo y la repetición de elecciones, al tiempo que le ha vuelto a afear que "estamos en septiembre y es llamativo que no haya conseguido más que un apoyo a su investidura en todo este tiempo". El líder 'morado' no va a renunciar al gobierno de coalición, ya que rechaza "una nueva humillación" de los socialistas.

El duelo entre los dirigentes de ambas formaciones se ha producido durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso, un día después de que volviesen a encallar las negociaciones para la investidura, en la que podría haber sido la última reunión y quizás el último intento, al menos de forma oficial. En sus intervenciones no han elevado la voz para arremeter contra el otro, pero han dejado claro que su relación se ha deteriorado hasta el punto de que parecen no escucharse, y se limitan a luchar por ganar la batalla del relato sobre la culpa de la más que probable repetición de elecciones.

El líder de Podemos le ha pedido al presidente del Ejecutivo sentarse a negociar e intentar llegar a un acuerdo, y Sánchez le ha dicho que si renuncia a la fórmula de la coalición, puede convocar una reunión de los equipos. Sin embargo, después del enésimo fracaso en sus negociaciones, no parece que se vaya a producir dicho encuentro, por lo que es probable que Iglesias desvele la incógnita el próximo 17 de septiembre, cuando comunique al Rey el voto de su formación en la investidura.