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El cambio de discurso de Podemos o cómo presionar al PSOE apuntando al PP
(Foto: Dani Gago/Podemos)

El cambio de discurso de Podemos o cómo presionar al PSOE apuntando al PP

sábado 30 de abril de 2016, 08:41h
La formación morada ha pasado en pocos días de criticar la actitud del PSOE en las negocaciones a destacar que su enemigo no son los socialistas, sino el PP. Podemos enfoca ya su discurso en clave de una campaña en la que espera convertirse en el voto útil como alternativa al partido de Mariano Rajoy, lo que pasa por negar una estrategia de 'sorpasso' al PSOE, con quien quizás tenga que volver a contar tras el 26-J. La campaña podrá visualizar, por tanto, un bloque de izquierdas que debilite la hegemonía de lo que era hasta ahora el discurso de la transversalidad de Podemos.

"¿Sorpasso? Claro, pero al PP". La frase de Pablo Iglesias bien podría ser el lema de Podemos en esta nueva campaña. La formación morada ha tardado sólo un par de días en cambiar totalmente su discurso para empezar a adaptar sus palabras al nuevo escenario de elecciones.

Si el martes el líder de Podemos dedicaba gran parte de su rueda de prensa a criticar la actitud del PSOE en las negociaciones para formar Gobierno, ahora la maquinaria electoral vuelve a centrarse en el PP.

El objetivo de Podemos es polarizar las elecciones entre ellos y el PP, y convertirse de esta forma en la gran alternativa al actual Gobierno en funciones. "Para que se produzca la coalición de izquierdas quizá sea necesario que la correlación entre las fuerzas progresistas sea distinta", señalaba Iglesias en una entrevista para 'El Periódico'.

Iglesias ya prometió coherencia respecto a la corta legislatura que se inició tras el 20-D, por lo que la campaña reflejará la intención de Podemos de seguir pidiendo un Gobierno de coalición, en el que pueden seguir necesitando a los socialistas.

Sin embargo, el líder de Podemos no quiere dejar opción a que Pedro Sánchez vuelva a elegir a Ciudadanos y esperará que una nueva aritmética allane el camino para su Gobierno a la valenciana.

"Mi adversario es el PP, es Rajoy, no es Sánchez. Él y el PSOE tendrán que ser, espero que pronto, nuestros aliados. El objetivo es ganar al PP", aseveraba Iglesias en 'El Periódico'.

Tenderle la mano a los socialistas -incluso si quedan por delante- puede significar cambios en el discurso de campaña con respecto al 20-D. Para los anteriores comicios, el partido puso mucho énfasis en su identidad de nuevo actor político frente a las viejas formaciones e hizo un llamamiento claro a los votantes socialistas criticando el giro que había dado el PSOE.

Contraponerse contra el PP, en cambio, puede volver a situar el tablero en el eje izquierda-derecha, aunque sea implícitamente. El acercamiento a IU para concurrir de forma conjunta a unas elecciones se puede leer en el mismo esquema de una batalla por la posición dominante en la izquierda.

La aceptación de un bloque de izquierdas como alternativa al PP se enmarca además en el debate de hasta qué punto ceder en el discurso de la transversalidad. "Los momentos de (re)fundación democrática y construcción de nuevo interés general comienzan siempre por 'We the people (Nosotros, el pueblo)'. Nunca 'we the left' (Nosotros, la izquierda)", defendía Íñigo Errejón en su cuenta de Twitter.

Si se consolida la alianza entre Podemos e IU, se produciría otra puga por el discurso: la transversalidad que define Errejón como la superación de la frontera de las etiquetas ideológicas frente a la autoreivindicación de la izquierda sin tapujos de Alberto Garzón.

Desde ambas formaciones ya se ha señalado que este obstáculo se podría intentar solventar manteniéndo ámbitos de autonomía durante la campaña. De esta forma, se podría dar el caso de que incluso yendo en coalición, se produjeran actos separados, propuestas no coincidentes o discursos diferentes.

"Incluso si llegáramos a un acuerdo, somos formaciones diferentes, que le hablamos a gente diferente y que tenemos proyectos, que pueden ser coincidentes, pero que son diferentes e incluso filosofías diferentes", ha señalado Errejón este viernes.

El número dos de Podemos -que llegó a despreciar la coalición argumentando que tenían hojas de ruta diferentes- ya ha asumido que la batalla prioritaria es la del discurso, incluso si suman a miembros de la formación de Garzón. Una batalla que otros dirigentes intentan hacer compatible con la posible confluencia con IU.

De hecho, Iglesias ya había advertido que la defensa de la transversalidad no puede ser "excluyente", es decir, que no se puede utilizar como arma arrojadiza para negar una coalición con IU.

La formación morada ya valora también otros riesgos implícitos en esta nueva convocatoria, como la posibilidad de que cunda el pesimismo entre el electorado. "Hace falta redoblar un esfuerzo de pedagogía para que no cunda la despolitización, porque, siempre que cunde la despolitización la política, la acaban haciendo unos pocos a su servicio", advirtió Errejón este miércoles.

Por ello, la formación morada ha hecho varios llamamientos para "desdramatizar" el hecho de ir a nuevas elecciones y ha señalado que el 26-J se trata de una "segunda vuelta" o un "desempate", aunque al mismo tiempo no se cierra a sumar a nuevos actores a su candidatura, lo que haría imposible una repetición exacta de los comicios anteriores.

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